martes, abril 28, 2009

Escritores por descubrir (I): Franz Kafka


En la historia de la literatura han existido muchos escritores que en vida no conocieron el reconocimiento o apenas publicaron algunas de sus obras sin contar con muchos lectores. Son los escritores ignorados y olvidados por su tiempo, algunos ni siquiera aguantaron este sufrimiento. Pero el tiempo ha hecho justicia a estos escritores y póstumamente algunos se han convertido en universales. Franz Kafka es un claro exponente de este grupo. Se ha hecho inmortal por obras como La Metamorfosis o El Proceso. Hasta el momento sólo he conocido la historia del pobre Gregorio Samsa, pero es cuestión de tiempo para que lo retome.

Franz Kafka nació el 3 de julio de 1883 en Praga. Él nunca hubiera imaginado que décadas después de su muerte se convertiría en uno de los escritores cuyas obras fueran más influyentes en el siglo XX. Llevo una vida desgraciada, su padre era un verdadero tirano con él y tuvo relaciones tormentosas con varias mujeres. Mucho de esto quedó reflejado en sus obras. Sus referentes para su vocación literaria fueron Cervantes, Dickens, Flaubert y Goethe. Desde joven ya tenía tendencia a la depresión y la falta de autoestima fue una constante en su vida. Tanto es así que quiso que destruyeran muchos de sus escritos y que nunca fueran publicados, petición que hizo a su amigo más íntimo. Pero su amigo decidió que el mundo no podía perderse esas obras. Superó la tuberculosis y continúo escribiendo, nunca dejó de hacerlo. Dejando así un buen legado. Sus últimos años fueron terriblemente duros por el agravamiento de su enfermedad, pero esto no le impidió una vida con intensidad fuera de lo común. Fallece en 1924.

La mayoría de sus obras fueron publicadas póstumamente. Max Brod sacó a la luz obras como El Castillo, América y El Proceso, aparte de una numerosa producción de cartas y relatos. Rápidamente sus textos fueron muy leídos con gran reconocimiento, hasta que pasaron a formar parte de la literatura universal. Todavía hoy continúan muchos de sus escritos desaparecidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todavía hoy me pregunto si hubiese sido más honesto respetar su voluntad o comprar hoy día sus escritos. Ahora cada vez que miro uno de los libros que tengo de Kafka casi me siento culpable. Claro que no me arrepiento de haberme leído La Metamorfosis. ¿Pero hasta qué punto le das la palabra a tu amigo en el momento en que te pide que hagas algo después de morir, cuando él ya no pueda, y cómo puedes incumplirla?
No dudo que la decisión haya sido difícil. Lo que sí sé es que no lo sabía cuando compré sus diarios (tendría unos catorce) y no voy a leerlos. Ni la Carta al Padre.
Tal vez sea rara, y adoro a Kafka, pero soy así: soy fiel a un autor hasta sus últimas consecuencias.