domingo, agosto 30, 2009

APRENDIZ DE ASESINO de Robin Hobb


Todo buen rey necesita a alguien que se encargue de sus asuntos más turbios, máxime en tiempos revueltos, como los que corren en los Seis Ducados con los Corsarios de la Vela Roja saqueando sus costas. Pero ¿alguien iba a pensar que el pequeño Traspié, hijo bastardo del rey Hidalgo y hasta entonces ayudante de caballerizo, podría ser esa persona? Y si lo fuese, ¿podrá hacer compatibles la necesaria instrucción en el arte del asesinato con los valores de amistad y honor en los que ha sido educado?

El comienzo de esta trilogía, El Vatídico, es bastante prometedor. Robin Hobb tiene un estilo epecial y con algo que hace que te introduzcas enseguida en la historia. Retrata todo un mundo sin recargar la novela con descripciones (una tendencia mal copiada de la obra de Tolkien). Los Seis Ducados son presentados con los viajes de Traspié, y las notas que hay introduciendo cada capítulo , que hablan de costumbres y lugares de esta tierra. Parece que la escritora se mueve bien en la fantasía. También es interesante como explica que hay dos tipos de magia especiales, la Habilidad y la Maña.
El lugar donde transcurre la acción principal es Torre del Alce y la ciudad costera de alrededor. Se narra como Traspié Hidalgo se cría allí desde los seis años, y al mismo tiempo nos presentan a los personajes de una corte llena de intrigas. Me encantaron los personajes de Príncipe Veraz, el caballerizo Burrich, y el inquietante bufón real. Regio y Galeno se erigen como los malvados de esta historia.
Esta una saga que ha despertado mucho entusiasmo entre escritores del género. George R.R. Martin le dedica elogios. Me encuentro ya en Asesino real, así que en breve tendréis más comentarios sobre la historia.


***


"Me pedía que observara el vuelo de una cometa, o una mota de polvo flotando en un rayo de sol, concentrándome en ella como si no hubiera nada más en el mundo. Y de repente ahí estaba, dentro de mi cabeza, sonriendo y halagándome. Entrar en la mente de otro se consigue principalmente estando dispuesto a salir de la tuya."




"Sentí el roce de su mente en la mía como un suave reguero que me resbalara por la frente. Me mantuve firme. Ganó fuerza, calor, luz, pero me negué a ser atraído hacia ella. Sentí que Galeno irrumpía en mi cabeza, me observaba con severidad y gracias a las técnicas de concentración que nos había inculcado conseguí mantenerme firme, expectante, consciente del júbilo de la Habilidad, pero sin sucumbir a él. En tres veces me empapó aquella calidez y en tres ocasiones me mantuve firme. Luego se retiró. Me dedicó un brusco asentimiento, aunque no vi aprobación en sus ojos, sino una sombra de miedo.

Aquel primer toque fue como la chispa que prende por fin en el leño. Aprehendí su significado. Todavía no podía hacerlo, no podía proyectar mis pensamientos lejos de mí, pero había adquirido un conocimiento que no se podía expresar con palabras. Iba a dominar la Habilidad. Aquella certeza fortaleció mi determinación."

¿Dónde está mi cabeza? de Benito Pérez Galdós


Hasta ahora sólo había conocido al Galdós novelista, pero también escribió algunos cuentos y obras de teatro, algunas cuyo estreno presenció en vida. ¿Dónde está mi cabeza? es el primer cuento que leo de él. Lo escribió en 1892. Un hombre se despierta y se da de cuenta que ha perdido la cabeza, al tocarse sobre los hombros y ver que hay un corte limpio. A partir de aquí se plantea su horror y su dilema (cómo habrá llegado a esta situación). Y los lectores no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Breve pero contundente, con el sello del Galdós de siempre, en sus descripciones.


"Largo rato estuve inmóvil, divagando en penosas imaginaciones. Mi mente, después de juguetear con todas las ideas posibles, empezó a fijarse en las causas de mi decapitación. ¿Había sido degollado durante la noche por mano de verdugo? Mis nervios no guardaban reminiscencia del cortante filo de la cuchilla. Busqué en ellos algún rastro de escalofrío tremendo y fugaz, y no lo encontré. Sin duda mi cabeza había sido separada del tronco por medio de una preparación anatómica desconocida, y el caso era de robo más que de asesinato; una sustracción alevosa, consumada por manos hábiles, que me sorprendieron indefenso, solo y profundamente dormido.
En mi pena y turbación, centellas de esperanza iluminaban a ratos mi ser.. Instintivamente me incorporé en el lecho; miré a todos lados, creyendo encontrar sobre la mesa de noche, en alguna silla, en el suelo, lo que en rigor de verdad anatómica debía estar sobre mis hombros, y nada... no la vi. Hasta me aventuré a mirar debajo de la cama... y tampoco. Confusión igual no tuve en mi vida, ni creo que hombre alguno en semejante perplejidad se haya visto nunca. El asombro era en mí tan grande como el terror. "

jueves, agosto 27, 2009

No estás solo, Valiente.


Porque ya nunca estarás solo, porque encontrarás a tu Romeo, porque estamos tus amigos, porque somos muchos quienes te queremos, porque rompiste tus cadenas, porque eres muy valiente, y guapo, tal como eres, no cambies nunca, por favor. Con todo mi amor, para ti, Geme. Espero que te guste.

martes, agosto 25, 2009

La banshee emigrante, Gertrude Henderson


Gertrude Henderson es conocida por este relato únicamente. Con certeza no se le han atribuido otros textos (es una pena no poder leer nada más suyo) y su vida es un completo misterio. La banshee emigrante apareció por primera vez en una revista en 1901. Es un relato de terror en clave de humor. Se plantea qué pensarían los seres sobrenaturales si nosotros dejáramos de creer en ellos, y presencia fuera invisible. La orgullosa banshee se indigna cuando viaja a América en busca del último descendiente de los O´Grady, familia desaparecida, y comprueba como pasa desapercibida. Para mí es uno de los mejores relatos de Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos, recopilación que hizo Círculo de lectores hace pocos años.



“El orgullo renació en ella por un instante, pero todo su frenesí pasó por encima de su orgullo, de la humillación y su lamento desgarró la noche. Vibró, se quebró y se apagó y entonces se alzó la voz del gato, que gritó y calló. A continuación volvió a alzarse el gemido de la banshee, ahogando el del gato. La banshee gritó por tercera vez, y entonces el gato volvió su cara negra hacia el oscuro cielo y lanzó un grito tan espantoso que la banshee se cubrió la cabeza con su ropa y se sumió en el silencio. Cuando se hubo apagado el último eco de la voz del gato, dirigió solemnemente el brillo de sus ojos verdes a un lado y a otro, pero la valla estaba vacía.”

Lluvia, Federico García Lorca


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,

algo de soñolencia resignada y amable,

una música humilde se despierta con ella

que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,

el mito primitivo que vuelve a realizarse.

El contacto ya frío de cielo y tierra viejos

con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto.

La que nos trae las flores

y nos unge de espíritu santo de los mares.

La que derrama vida sobre las sementeras

y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,

el fatal sentimiento de haber nacido tarde,

o la ilusión inquieta de un mañana imposible

con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,

nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,

pero nuestro optimismo se convierte en tristeza

al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran

al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio

y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!

sábado, agosto 22, 2009

LA HISTORIA DEL AMOR de Nicole Krauss


Leo Gursky, cerrajero polaco jubilado en Nueva York, cuya obsesión es "no morirme un día en que nadie me haya visto", recibe misteriosamente el manuscrito de un texto que creía perdido, acompañado de una enigmática carta. Instalado en el ocaso de su vida, esta sorpresa lo lleva a bucear en los recuerdos de su lejana juventud, recuperando emociones que suponía enterradas. No muy lejos de allí, la quinceañera Alma Singer padece los dilemas y conflictos de su edad. Hace ya ocho años que su padre murió de cáncer y ella ha decidido que es hora de que su madre deje de estar triste, o sea, se dispone a encontrarle un nuevo marido. Cuando en su camino aparece La historia del amor, una novela rara, escrita en yidis, publicada en español y comprada por su padre en una librería de Buenos Aires, los interrogantes se suceden. ¿Por qué su padre se la regaló a su madre muy poco después de conocerla? ¿Quién era su autor? ¿Y quién es el misterioso hombre que ha encargado a su madre que traduzca el libro al inglés?


Nicole Krauss hasta ahora era una desconocida para mí, Fernando me la presentó. Me regaló este libro y pronto emprendí su lectura. Las primeras páginas ya prometen con el impagable Leo Gursky, cuya sueño siempre fue ser escritor, y hacen que pronto esté metido de lleno en el libro, acompañando a este entrañable anciano en su soledad, a veces interrumpida por Bruno. Luego conozco a Alma, que está perdida desde que murió su padre, pero que se sostiene en el amor a su madre y su hermano Bird. A estos personajes se les suma Zvi Litvinoff, el autor de La historia del amor, quien huye del genocidio nazi y encuentra en Chile el amor en Rosa. Un ejemplar de este libro llega a manos de la madre de Alma, se encarga de traducirlo y no es consciente de todos los misterios que encierra este particular libro. Pero Alma y su inquietud, no lo pasarán por alto...
Un libro lleno de recuerdos , sentimientos, momentos poéticos, momentos que sientes que como los personajes también los has vivido, y encuentros... Todo con la belleza del estilo de esta escritora. Historias entrelazadas que se van uniendo hasta ser una sola, en una trama siempre bien llevada, donde no te pierdes en este laberinto. El final mágico e inolvidable.
Estaré pendiente de futuros libros de esta brillante escritora.Espero leer Llega un hombre y dice, también editado por Salamandra, su primera novela.
Gracias Fernando por regalarme este hermoso libro.


***

"En mi soledad me reconforta pensar que las puertas del mundo, por muy cerradas que estén, no son infran queables para mí.
Éste es el consuelo que yo buscaba a tientas bajo la lluvia, frente a la biblioteca, mientras los desconocidos pasaban rápidamente por mi lado. Al fin y al cabo, ¿no era esta la verdadera razón por la que mi primo me había enseñado el oficio? El sabía que yo no podía permanecer invisible para siempre. ´Tú enséñame un judío que sea capz de sobrevivir-me dijo un día mientras yo observaba cómo una cerradura cedía entre sus manos- y yo te enseñare lo que es un mago.´De pie en medio de la calle, yo dejaba que la lluvia me resbalara por la nuca. Cerré los ojos. Una puerta y otra, y otra, y otra se abrieron."



"Ahora que la mía casi ha terminado puedo decir que para mí, lo más asombroso de la vida es la capacidad de cambio. Un día eres una persona y al día siguiente te dicen que eres un perro. Al principio se te hace duro, pero luego aprendes a no considerarlo una pérdida. E incluso llega un momento en que sientes euforia al descubrir lo poco que necesitas que permanezca igual para seguir empeñado en ese esfuerzo al que llaman, a fala de una palabra mejor, ser humano."

MENDIZÁBAL, Benito Pérez Galdós


Personaje de los más polémicos, al tiempo que representativos, de la vida política de nuestro siglo XIX, MENDIZÁBAL y su célebre «desamortización» constituyen el eje de este Episodio galdosiano. En torno a él empieza a urdirse, asimismo, la trama novelesca que tiene como protagonista a Fernando Calpena y que servirá de hilo conductor a esta «Tercera serie» de los Episodios Nacionales.
Como anuncia el título, este episodio retrata la figura de Juan Álvarez Mendizabal y lo clave que fue su actuación para la vida política y social de aquellos años. Lo que más resalta Galdós son los cambios económicos que quiere promover y como le va quitando poder a la Iglesia, que hasta ese momento era muy privilegiada. Pero el verdadero protagonista de la historia es Fernando Calpena, que se ve introducido en sociedad gracias a un benefactor oculto(tal y como sucede en Grandes esperanzas), que también le procura un empleo importante. Fernando conoce a mucha gente y hace algunos amigos, pero el más íntimo es el sacedorte don Pedro Hillo, muy entrañable, un personaje que hace fácilmente que le cojamos afecto. Luego está Aura, que junto con Fernando protagoniza la historia de amor de esta novela. Pero como siempre Galdós no deja claro si conseguirán vencer a todo para vivir su amor. Incógnitas para los siguientes episodios (justamente como en la Primera Serie). También hay otros personajes destacables como don José Milagros, cuyas intervenciones no tienen desperdicio, y la miserable Jacoba Zahón, una villana 100% galdosiana.
Si a todo esto le añadimos folletín e intrigas en la corte de Cristina, tenemos un gran libro. Es bastante superior a Zumalacárregui. Puede que tengamos en Calpena a un buen sucesor de Gabrielillo, veremos que sucede en próximos episodios.


***

"No espantado de la muerte, o echándoselas de valiente, hablaba Serrano de su próximo fin con entereza estoica un poquito afectada. Era moda entonces morirse en la flor de la edad, tomando posturas de fúnebre elegancia. Habíamos convenido en que seríamos más bellos cuanto más demacrados, y entre las distintas vanidades de aquel tiempo no era la más floja la de un fallecimiento poético, seguido de inhumación al pie de un ciprés de verdinegro y puntiagudo ramaje. «Estos pobres huesos -prosiguió Serrano- están pidiendo la mortaja. Le diré a usted, en confianza, que es de tanto sufrir y de tanto gozar... Mi vida, si yo la contara, sería la más interesante de las novelas. Mis años, por el mucho y precipitado vivir, parecen siglos..."


“Calpena se decía: «Esto es sueño. Tal mujer no existe. Es la que traigo en mi imaginación desde qué sé yo cuándo... Lo que ahora me pasa es como el morir, como el nacer. No sé si muero o nazco... ¡Vaya una mano! Si me diera una bofetada, vería yo a Dios en su trono... ¡Y qué cuerpo, qué flexibilidad, qué gallardía! Ese traje que antes me pareció verde, ahora es azul, obscurito como un cielo sin luna, y esas motitas son como estrellas, que en los pliegues se esconden, se apagan... El espacio entre el borde del vestido y el suelo parece, cuando anda, un espacio que ríe, una boca que habla... No sé... estoy loco... “


“Si hallamos libre el camino del cielo, al cielo. Si no hay otro camino que el del abismo, al abismo... Todo antes que arrastrar esta oprobiosa cadena del presidio social; todo antes que sufrir el ultrajante despotismo de los cabos de vara que, con el nombre de autoridades, civil, doméstica y política, cobran el barato en este patio inmundo. Huyamos de ellos. Busquemos el aire libre, lejos del aliento infecto de los cabos de vara. Sobre todas las leyes, prevalece el amor, ley suprema, porque él es la creación, el principio de las cosas.”

jueves, agosto 13, 2009

Zaragoza, Benito Pérez Galdós


Gabriel de Araceli se fuga y se dirige a ZARAGOZA para incorporarse al ejército que se está organizando con fuerzas dispersas. El destino lo lleva a ser uno de los valerosos defensores de la ciudad en el segundo y más fuerte de los "sitios". Junto con otros personajes de total creación literaria, Araceli convive con el general Palafox y las demás figuras históricas que realmente intervinieron en la gran gesta popular.

Zaragoza es probablemente si no el mejor, uno de los mejores episodios de la Primera Serie. Podría leerse de forma independiente, porque no se sigue la trama de los anteriores episodios, sólo aparece aquí Gabriel , y la historia de Inés se aparca de momento. Es espectacular como Galdós narra la resistencia del segundo sitio de Zaragoza. En más de una ocasión se le hace a uno un nudo en el estómago, y parece que caminamos por esas callejuelas plagadas de violencia, destrucción y sangre. Una lucha sin tregua, hasta el final. Por esta vez, los personajes secundarios llegan a superar a Gabriel de Araceli, como don José de Montoria, el miserable Candiola, Manuela Sancho... Una vez acabe el recorrido por los 46 EE NN, éste será uno de los que le toque relectura.
Y con Zaragoza acabo mi repaso a los episodios que he terminado hasta ahora. Pronto tendréis mi opinión de Mendizábal (E N 22), donde me encuentro inmerso, en compañía de Fernando Calpena.

***
“Mi desesperación es tan grande, que morir de un balazo, morir de una estocada no me satisface. Quiero estallar y difundirme por los espacios en mil inflamadas partículas; quiero sentirme en el seno de una nube flamígera y que mi espíritu saboree, aunque sólo sea por un instante de inconmensurable pequeñez, las delicias de ver reducida a polvo de fuego la carne miserable.”

"Zaragoza no se rinde. La reducirán a polvo; de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo se abrirá vomitando llamas y lanzados al aire los cimientos, caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde."

Napoleón en Chamartín, Benito Pérez Galdós


En NAPOLEÓN EN CHAMARTÍN, de nuevo es Madrid escenario de las aventuras de Gabriel de Araceli. Su asendereada existencia y su amor por Inés lo llevan a la capital de España, a la que se aproximan los ejércitos franceses. Asiste -y con él los lectores, gracias a la viveza descriptiva del novelista- a la entrada del Emperador en la Villa y Corte. Sin embargo, por encima del hecho histórico predomina en este episodio un escenario de tipos y aspectos de la realidad cotidiana madrileña -artesanos, frailes, hombres públicos-, de cuya pintura es Galdós el gran maestro.

En esta quinta entrega de los EE NN se sigue complicando la trama de Gabriel e Inés, con hechos inesperados, sobre todo por Amaranta, la eterna arpía, sigue enredando la madeja (después de pensar que no se superaría a sí misma). Si Bailén es un episodio eminentemente épico, Napoleón en Chamartín es más bien folletinesco. Después está esa magnífica descripción del sentimiento del pueblo, el odio a los afrancesados, la figura de Napoleón (la impresionante escena de su entrada)... Se hace indispensable continuar directamente con Zaragoza, tras el final.

***
"Los paisanos armados eran ciertamente muchos; pero había muy pocos fusiles, y de estos la mitad eran inútiles por falta de cartuchos; y, ¿con qué se hacían los cartuchos si no había pólvora? A esto habíamos llegado cuatro meses después de la victoria de Bailén. Todo al revés. Ayer barriendo a los franceses, y hoy dejándonos barrer; ayer poderosos y temibles, hoy impotentes y desbandados. Contrastes y antítesis y viceversas, propias de la tierra, como el paño pardo, los garbanzos, el buen vino y el buen humor. ¡Oh España, cómo se te reconoce en cualquier parte de tu historia adonde se fije la vista! Y no hay disimulo que te encubra, ni máscara que te oculte, ni afeite que te desfigure, porque a donde quiera que aparezcas, allí se te conoce desde cien leguas con tu media cara de fiesta, y la otra media de miseria, con la una mano empuñando laureles, y con la otra rascándote tu lepra."

MARIDO Y MUJER de Wilkie Collins


En el prólogo de esta novela, un hombre descubre, al cabo de los años, que su matrimonio no es válido legalmente, ocasión que aprovecha para repudiar a su mujer y casarse con otra. Trece años después, Anne Silvester, la hija de la mujer repudiada, será también víctima de una extrema peculiaridad legal: la posibilidad de haber contraído matrimonio con el prometido de su mejor amiga. Hay otro hombre en liza, al que Anne ha amado y por el cual ha sido deshonrada: el apuesto y cínico Geoffrey Delamayn. Bajo los designios de este villano, lo que comienza como una comedia de enredos se transforma paulatinamente en un horrible cuadro conyugal de traición, venganza, malos tratos, locura y asesinato. Marido y mujer pertenece al período de mayor creatividad de Wilkie Collins. Basada en circunstancias reales, encierra una atrevida denuncia de la institución del matrimonio.

Desde el prólogo ya esta novela promete ser muy trepidante. Y esto se cumple con creces, porque hasta el final no paran de suceder giros inesperados y Collins siempre tiene un as guardado en la manga. Si decidís adentraros en el libro, vais a descubrir a personajes como Geoffrey Delamayn, el personajes más despreciable creado de la pluma de Wilkie, a los abnegados Arnold y Blanche, a la inquietante cocinera Hester que dará más de un momento espeluznante, a lady Lundie, una mujer llena de odio, a Sir Patrick, de una gran inteligencia y corazón, y a la sufrida protagonista, Anne Silvester, que nos demuestra el gran valor que tiene la amistad sin condiciones.
El autor se adelanta a su época cuando habla de temas como la violencia de género, algo que se mantenía en el más completo silencio en aquellos años, y la lucha de las mujeres ante un vacío legal. Puede que de la sensación de que el autor fuera misógino, por ciertos comentarios ácidos de algunos personajes, pero nada más lejos de la realidad porque critica al matrimonio. Lo único que hace es reflejar la realidad para las mujeres en el siglo XIX.Entre los 7 libros que he leído de Wilkie Collins, este es con diferencia el mejor, superando a Armadale. El mejor libro que he leído de momento en este 2009.
***

"-¿No desprecia a una mujer como yo?

Al oír aquella pregunta, Arnold recordó con amor a la única mujer que sería eternamente sagrada para él, la mujer de cuyo pecho había recibido la vida.

-¿Existe algún hombre que pueda pensar en su madre y despreciar a las mujeres?"

"¿Cuándo hieren más las vanas lamentaciones? ¿Cuándo se cubre un futuro incierto de negros nubarrones? ¿Cuándo merece la pena menos vivir y la muerte acude al pensamiento con mayor frecuencia? En las terribles horas del amanecer, cuando nace el sol en toda su gloria y los pájaros cantan su quietud del nuevo día."

"Las dos mujeres-una tan magnificamente vestida, la otra con tanta sencillez; una en el esplendor de su belleza, la otra ajada y arruinada su salud; una con la soiedad a sus pies, la otra convertida en proscrita que vivía en la sombra inhóspita del reproche-, las dos mujeres se miraron cara a cara e intercambiaron las frías y silenciosas reverencias con que se saludan los deconocidos."

UN ÁRBOL CRECE EN BROOKLYN de Betty Smith


Corren los años veinte del siglo pasado y descubrimos a la pequeña Francie Nolan leyendo sentada en la escalera antiincendios de su casa, a la sombra de un árbol que solo crece en los barrios más pobres de las grandes ciudades. Poco a poco, la mirada se aleja de la chiquilla para abarcar a la estrafalaria familia Nolan, que malvive en un barrio de Brooklyn. Conoceremos así a sus padres, a su hermano y a la entrañable tía Sissy, que usa a los hombres para aplacar sus instintos maternales. Francie crece rodeada de los libros que tanto le gustan y pronto empieza a preguntar y a pedirle a la vida algo más que un triste acomodo en la mediocridad.

Si tuviera que dar una razón principal para recomendar este libro sería que la mayoría nos sentiríamos reflejados en Francie Nolan, al menos todos los que somos lectores desde niños. Quien no recuerda con placer el esperado momento en que nos abstraíamos del mundo con nuestro libro en el regazo. Y para algunos eso nos bastaba para ser feliz. Primero conocemos a Francie y después la autora se va deteniendo en cada habitante de esta barriada de Brooklyn, siempre bajo la curiosa mirada de la niña. Son muchos personajes inolvidables los que pueblan las páginas de este libro, y te identificas con ellos y vives sus alegrías y penas. Uno de los que más me sedujo fue la espléndida tía Sissy, yo hubiera querido tener una tía como ella. También la madre, siempre limpiando escaleras, luchando por sacar adelante a sus hijos.
Un libro en que cada detalle de lo cotidiano es retratado hermosamente. Y donde la autora nos envuelve sin remedio, es esta historia de una niña que se convierte en adulta, sin perder lo maravilloso de su niñez. Cuando le preguntaron a Betty Sith sobre si este libro era una biografía, ella respondió que lo que aquí contaba, era la vida que debió llevar. Espero que rescaten la figura de esta escritora y reediten más libros suyos.
***

"No, Katie nunca era ridícula. Siempre movía sus bien formadas aunque maltrechas manos con seguridad, ya fuera para colocar en una vaso de agua una flor tras quebrar el tallo con un certero movimiento, o para escurrir un trapo de una sola retorcida, la mano derecha para un lado, la izquierda para el otro simultáneamente. Cuando hablaba decía la verdad directa y sin rodeos. Y sus pensamientos transitaban por una senda recta, inflexible."

"Francie fue a apoyarse contra la ventana, desde allí podía ver el East River veinte pisos más abajo. Los últimos momentos siempre tienen la aspereza de la muerte. Esto que veo ahora-pensó-no lo veré más así. ¡Oh! Con que claridad se ven las cosas por última vez, como si las iluminara una luz resplandeciente. Y luego se aflige porque no supo apreciarlas cuando las veía todos los días."

"Por fin llegó. Era el momento codiciado durante toda la semana, la hora de la escalera de incendios, su refugio; se instaló con una manta y una almohada que sujetó contra los barrotes. Afortunadamente encontró hielo en la nevera; rompió un pedazo y lo puso en un vaso de agua. Echó los caramelos comprados aquella mañana en un bol rajado, de un bonito color azul. Colocó el bol, el vaso de agua y el libro en el antepcho de la ventana y trepó por la escalera. Estar ahí fuera era como vivir en un árbol; nadie de arriba ni de abajo, ni de enfrente podía verla, en cambio ella lo veía todos a través de las hojas."