miércoles, abril 29, 2009

NANÁ de Émile Zola


En el París febril y deslumbrante del Segundo Imperio todo el mundo habla de Naná, la nueva estrella del Teatro de Variedades. Su atractivo es irresistible, su ambición, enorme; pero más allá del brillo de la vida mundana se ocultan también la miseria, el sufrimiento y las tragedias personales. Símbolo de la decadencia de la Francia de su época, Naná es también el prototipo de la mujer fatal y de la cortesana sin escrúpulos sentimentales.

Naná (1879) es mi primera incursión con Émile Zola. Forma parte de la saga Los Rougon-Macquart (la novena de 20 novelas), que es una respuesta a La Comedia Humana de Balzac, a quien Zola admiraba. Esta primera experiencia con el autor ha sido buena, me anima a seguir con sus obras. Aunque al comienzo de la historia me costó entrar y la recreación me parecía lenta, me terminó gustando. Como personaje me parece muy completo el de Naná, despreciable a veces, otras veces atractiva, genera muchas emociones en el lector y que. Casi sin tener talento comienzo con éxito su andadura en el Teatro de Variedades: este será el inicio de un rápido ascenso social. Su triunfo no es más que la representación de la inmoralidad de una sociedad parisina decadente. No importa que Naná no sea una buena artista, lo único importante es su atractivo físico (y su capacidad para manipular). Resultan agobiantes los pasajes de reuniones sociales donde campa a sus anchas la hipocresía. Puede ser rechazada por ejercer la prostitución, pero nunca lo serían las personas que la solicitan cuyo interior es oscuro. Para leer este libro y meterse en su crudeza, en escenarios inmorales, en situaciones escabrosas, hay que hacerlo con una mentalidad muy abierta (y ser un lector paciente). El final es en la línea de las novelas de esta época, el castigo siempre llega. Quería probar con el naturalismo de Zola (que despertó la admiración de Galdós y Pardo Bazán) y ha merecido la pena, lo recomiendo.

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“Se entreabrieron las nubes del fondo y apareció Venus. Naná, muy alta, muy desarrollada para sus dieciocho años, envuelta en su túnica blanca de diosa, con su larga cabellera rubia sencillamente suelta sobre los hombros, descendió hacia las candilejas con tranquilo aplomo y sonriendo al público; y comenzó su gran aria.

Cuando Venus ronda de noche…

Desde el segundo verso los espectadores se miraban. ¿Era aquello una bromita, una salida de tono de Bordenave? Nunca se había oído una voz más desafinada, ni emitida con menos método. Su director la juzgaba perfectamente, sí: cantaba como una grulla.”

martes, abril 28, 2009

Escritores por descubrir (I): Franz Kafka


En la historia de la literatura han existido muchos escritores que en vida no conocieron el reconocimiento o apenas publicaron algunas de sus obras sin contar con muchos lectores. Son los escritores ignorados y olvidados por su tiempo, algunos ni siquiera aguantaron este sufrimiento. Pero el tiempo ha hecho justicia a estos escritores y póstumamente algunos se han convertido en universales. Franz Kafka es un claro exponente de este grupo. Se ha hecho inmortal por obras como La Metamorfosis o El Proceso. Hasta el momento sólo he conocido la historia del pobre Gregorio Samsa, pero es cuestión de tiempo para que lo retome.

Franz Kafka nació el 3 de julio de 1883 en Praga. Él nunca hubiera imaginado que décadas después de su muerte se convertiría en uno de los escritores cuyas obras fueran más influyentes en el siglo XX. Llevo una vida desgraciada, su padre era un verdadero tirano con él y tuvo relaciones tormentosas con varias mujeres. Mucho de esto quedó reflejado en sus obras. Sus referentes para su vocación literaria fueron Cervantes, Dickens, Flaubert y Goethe. Desde joven ya tenía tendencia a la depresión y la falta de autoestima fue una constante en su vida. Tanto es así que quiso que destruyeran muchos de sus escritos y que nunca fueran publicados, petición que hizo a su amigo más íntimo. Pero su amigo decidió que el mundo no podía perderse esas obras. Superó la tuberculosis y continúo escribiendo, nunca dejó de hacerlo. Dejando así un buen legado. Sus últimos años fueron terriblemente duros por el agravamiento de su enfermedad, pero esto no le impidió una vida con intensidad fuera de lo común. Fallece en 1924.

La mayoría de sus obras fueron publicadas póstumamente. Max Brod sacó a la luz obras como El Castillo, América y El Proceso, aparte de una numerosa producción de cartas y relatos. Rápidamente sus textos fueron muy leídos con gran reconocimiento, hasta que pasaron a formar parte de la literatura universal. Todavía hoy continúan muchos de sus escritos desaparecidos.

lunes, abril 27, 2009

La Corte de Carlos IV, Benito Pérez Galdós


La Corte de Carlos IV es el nuevo escenario de las andanzas de Gabriel de Araceli, que después del combate de Trafalgar pasa a Madrid. Criado primero de una actriz y después de una aristócrata, Araceli participa en este episodio como testigo privilegiado de las diversiones, rivalidades e intrigas que enfrentan a los partidarios y enemigos tanto del favorito Godoy como del príncipe Fernando, y que preludian la invasión francesa y la Guerra de la Independencia.

Segundo de los Episodios Nacionales. Aquí vemos una evolución más marcada de Gabriel y que juega un papel más decisivo en la historia, nos sorprende su nobleza. Aparecen otros personajes destacables como Inés y Amaranta. Galdós hace una gran recreación de las intrigas de las dos posiciones en la corte del rey, vemos la ambición de algunos. Me gustó especialmente la parte en que habla del teatro de la época. El final es espectacular y te deja con ganas de seguir con la serie. Es un libro tan bueno como Trafarlgar, mantiene el nivel del primer libro.

Muy recomendable

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"Cosas hay en mi vida que parecerán de novela, aunque no creo que esto sea peculiar en mí, pues todo hombre es autor y actor de algo que, si se contara o escribiera, habría de parecer escrito y contado para entretenimiento de los que buscan recreo en las vidas ajenas, hastiados de la propia por demasiado conocida No hay existencia que no tenga mucho de lo que hemos llamado novela (no sé por qué), ni libro de este género, por insustancial que sea, que no ofrezca en sus páginas algún acento de vida real y palpitante."

"Era la granjería, la realidad, el cohecho, la injusticia, la simonía, la arbitrariedad, el libertinaje del mando, todo esto era Amaranta; y sin embargo ¡cuán hermosa!, hermosa como el pecado, como las bellezas sobrehumanas con que Satán tentaba la castidad de los padres del yermo, hermosa como todas las tentaciones que trastornan el juicio al débil varón, y como los ideales que compone en su iluminado teatro la embaucadora fantasía cuando intenta engañarnos alevosamente, cual a chiquitines que creen ciertas y reales las figuras de magia."