viernes, mayo 16, 2008

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA de Gabriel García Márquez

Esta entrada se la dedico a Junior, pues gracias a él tengo este libro hoy en mis manos. Gracias por tu amistad Junior.
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo —por una vez sucesivo, y no circular—, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.

El amor en los tiempos del cólera es probablemente la historia de amor más hermosa que me he encontrado en la literatura (tal vez si dejo aparte La dama de las camelias). No soy muy asiduo a la narrativa romántica, pero con este libro conecté desde las primeras páginas, ya desde el principio acompañé a Juvenal Urbino. No sabría decir si esta obra es menor, pero tengo claro que esta historia me gustó tanto como la inolvidable Cien años de soledad. La prosa es tan rica y poética como en el primer libro, y el autor también juega a los saltos temporales en la trama, aunque no de forma tan densa como en Cien años de soledad. Estos recursos a medida que avanzamos en la trama vemos que están justificados. Conocemos la historia de los tres protagonistas de esta historia: el doctor Juvenal Urbino, Florentino Ariza y Fermina Daza. De estos tres me quedo sin duda con Florentino Ariza, con su maravillosa entrega, sus cartas y baladas de violinista. El desenlace de la novela me encantó, no lo cambiaría. Este título se me hace imprescindible en la narrativa contemporánea.

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“Lo tocó murmurando la letra con el violín empapado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse terminó con un silencio sobrenatural. Cuando guardó el violín en su estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no sentía ya que se iba a la semana siguiente, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás.”

“Lo único que me duele de morir es que no sea de amor.”

“Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años antes.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te expresas de éste libro de manera en que puedo sentir la delicia que fué para tí descubrir y entrar en esta historia, delicia que incita a leer esta obra

Anónimo dijo...

¡Nada que agradecer! Me alegra que te guste. Este libro de Gabriel García Márquez lo he leído dos veces. Me parece una historia maravillosa, dura, nostálgica, prolongada, sentida... No sé, son muchos los sentimientos que surgen página tras página.

Un saludo.

Junior