jueves, diciembre 10, 2009

MUERTE DE TINTA de Cornelia Funke


Después de Corazón de Tinta y Sangre de Tinta, en este fulminante final de la trilogía, hay sombras negras en Umbra...
Meggie y sus padres están viviendo en una pacífica finca abandonada que les hace casi olvidar las pesadillas que pasaron en el Castillo de Noche, aunque cuando oscurece y Meggie mira impaciente por la ventana esperando a Farid escucha el grito de un grajo... y entonces su padre desaparece en el bosque.

Comenzando Muerte de Tinta esperaba una conclusión que superara a los otros dos libros pero no ha sido así, porque digamos que mantiene sólo el nivel. La primera tercera parte del libro esta alargada muy excesivamente (siendo este el libro más extenso de la trilogía), lo que le resto valor al libro, y hace que tardes en adentrarte en la trama. A partir de ahí aumenta la acción, para llegar a una gran final. Por suerte, se cierran todas las tramas con este libro y en un principio parece que Cornelia Funke no escribirá más libros sobre este mundo. Yo personalmente creo que no daría más de sí alargar la trilogía.
La evolución de algunos personajes me ha encantado, y a algunos los hemos podidos seguir conociendo. A Darius por ejemplo, aquel lector apocado, se le hace justicia y me encanta. Se reafirma la opinión que tenían de Príncipe Negro y Vioante. No me ha gustado el tratamiento que le da la autora a la relación entre Meggie y Farid, no era para este tipo de libro. Todos terminaron sorprendiendo de alguna forma, algo que no es fácil. Ahí le doy el sobresaliente a Cornelia.
La recomiendo como trilogía de fantasía para todas las edades. Sigo pensando que no es sólo para lectores jóvenes.


***
"La primera Mujer Blanca apareció justo al lado de la lápida ante la que estaba Mo. Sólo necesitaba alagar el brazo para tocarlo, y así lo hizo, con la misma suavidad como si saludara a un amigo.

El oso gimió y agachó la cabeza. Después retrocedió paso a paso, e hizo lo que nunca había hecho antes: abandonar a su señor. El Príncipe Negro Negro, sin embargo, permaneció quieto, muy cerca de Mo, a pesar de que su cara oscura denotaba un miedo que Meggie jamás había visto antes.

El rostro de Mo no reveló nada cuando los pálidos dedos acariciaron su brazo. La segunda Mujer Blanca apareció a su derecha y le tocó el pecho, justo donde latía su corazón. Apareció una tercera y luego una tercera y una quinta. Rodearon a Mo y al Principe Negro hasta que para Meggie fueron sombras entre las figuras neblinosas. Qué bellas y pavorosas eran. Por un momento deseó que Fenoglio pudiera contemplarlas. Sabía el orgullo que habría sentido ante esa visión, orgullo de los ángeles sin alas que había creado."

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