miércoles, diciembre 30, 2009

Harry Potter y el misterio del príncipe, David Yates (2009)


Con dieciséis años cumplidos, Harry inicia el sexto curso en Hogwarts en medio de terribles acontecimientos que asolan Inglaterra. Elegido capitán del equipo de Quidditch, los entrenamientos, los exámenes y las chicas ocupan todo su tiempo, pero la tranquilidad dura poco. A pesar de los férreos controles de seguridad que protegen la escuela, dos alumnos son brutalmente atacados. Dumbledore sabe que se acerca el momento, anunciado por la Profecía, en que Harry y Voldemort se enfrentarán a muerte: «El único con poder para vencer al Señor Tenebroso se acerca... Uno de los dos debe morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida». El anciano director solicitará la ayuda de Harry, y juntos emprenderán peligrosos viajes para intentar debilitar al enemigo, para lo cual el joven mago contará con la ayuda de un viejo libro de pociones perteneciente a un misterioso príncipe, alguien que se hace llamar Príncipe Mestizo.


La última película de Harry Potter ha sido otra de mis favoritas de este 2009. A nivel mundial ha sido la película más taquillera del año y revalida la condición de saga cinematográfica que más ha recaudado en la historia del cine. Las adaptaciones han evolucionado como los libros, porque El misterio del príncipe es la más oscura e inquietante hasta ahora. David Yates repite y mejora bastante, comparado con La Orden del Fénix. Al menos en esta ocasión se eliminaron menos escenas. Así que si repite esta tendencia puede que la última película (dividida en dos) sea una de las mejores de la saga.

La interpretaciones de Alan Rickman y Michael Gambon son brilantes, las mejores que han realizado en la saga. En general, la considero una adaptación buena, pero está sobrecargado con las relaciones sentimentales de los personajes. El final no me llego a transmitir tanto como el libro, al haberse reducido parcialmente.






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