viernes, enero 16, 2009

PRIMERA MEMORIA de Ana María Matute


Con la guerra civil, "lejana y próxima a un tiempo, quizá más temida por invisible", como telón de fondo, Primera memoria narra el paso de la niñez a la adolescencia de María y su primo Borja. Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular ingenuo y misterioso a la vez. A través de la visión particularísima de la muchacha -sin madre y con el padre desaparecido- asistimos a su despertar a la adolescencia, cuando, roto el caparazón de la niñez, ciega y asombra, y hasta a veces duele, el fuerte resplandor de la realidad. Una intensa galería de personajes constituye el contrapunto de su vertiginosa sucesión de sensaciones. Y es que, en unos meses, Matia descubrirá muchas cosas sobre "la oscura vida de los personajes mayores". Melancólica elegía de la perversión de la inocencia. Primera memoria aúna imágenes como espadas y una desgarrada inflexión poética y es, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas de Ana María Matute.

Primera memoria es el segundo Premio Nadal que leo y mi estreno con esta escritora. Llevaba años queriéndola leer porque era una de las autoras españoles de la que más elogios había leído. Este estreno no podría haber sido mejor. Es fácil introducirte en su prosa, tan limpia, poética y visual. Logra unas descripciones hermosas que evocan un paisaje místico, yo viví de la mano de Matia en esa isla, también te mete en el cuerpo el ambiente opresivo de la casa de la abuela.
Esta es una novela muy psicológica, hay un cuadro perfecto de cada personaje. Al leer me daba la sensación de que Ana María Matute disfrutó mucho creando a Matia y por eso se volcó. Tiene cosas en común con Andrea, heroína de Nada y Tadea (Escribo tu nombre), si bien las tres vivieron en ambientes muy diferentes. Matia descubre con horror lo que es convertirse en adulto y se avergüenza de ello. Me ha gustado el símil con Peter Pan en la historia. Su primo Borja resulta para ella la crueldad y mezquindad personificadas y se aprovecha despreciablemente. La abuela es la opresión, aunque quiere lo mejor para ellos y hace lo posible porque se aislen del mundo y no tengan en su mente el horror de la guerra. Luego está Manuel, el verdadero amigo de Matia, que es simplemente conmovedor en su pureza, pero tristemente tratado con injusticia.
Una novela nostálgica, llena de imágenes, psicológica, que sin duda recomiendo. Es el inicio de una trilogía Los mercaderes. Espero continuar con ella y más obras de esta escritora.

***


“Aquí estoy ahora delante de este vaso tan verde y el corazón pesándome. ¿Será verdad que la vida arranca de escenas como aquella? ¿Será verdad que de niños vivimos la vida entera, de un sorbo, para repetirnos después estúpidamente, ciegamente sin sentido alguno?”

“No sé como entró el invierno. O quizá no era invierno propiamente, pero recuerdo que llegó el frío. Del mar, por sobre el declive, trepaba el frío verdoso y húmedo. Los troncos negros de los árboles, contra la dorada neblina que se extendía desde el acantilado, parecían seres melancólicos y siniestros clavados detrás de la casa, como una manifestación de muda protesta. La luz se volvía verde y plata sobre las hojas de los olivos. Las palomas huían sobre los almendros.”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta Matia, y me alegra que te haya gustado.
Es una primera impresión fantástica.
¿No te gustaron los momentos en la playa con Manuel?
Es muy bonito.

Anónimo dijo...

Hola mi niño :D
De esta misma autora estoy leyendo ahora el último, "Paraíso inhabitado". Es preciososísisisimo.
Bicos mil

Alexandre dijo...

Sí, Manuel es genial, gran personaje.

Pues me da que ese va a caer también, Su, ahora quiero más de la Matute jeje

Bicos.