sábado, marzo 29, 2008

UNA VIDA de Guy de Maupassant


A los diecisiete años, Jeanne sale del internado para regresar a la casa solariega de sus padres en Normandía. Pletórica de ilusiones, mimada por su familia y fascinada por la plenitud de una naturaleza que parece murmurar y soñar con ella, no conoce «del amor sino su poesía». Al cabo de unos meses, está casada con un joven vizconde: el deseo, la sensualidad de su marido la avergüenzan y humillan; pero, cuando finalmente se produce «la revelación misteriosa de esos hechos en los que reside el gran secreto del amor», la convivencia cotidiana, el hábito que sucede fatalmente a los grandes descubrimientos, no tarda en mostrar «las rarezas del carácter de Julián, sus rasgos de dureza, su avaricia y, por fin, su infidelidad». Maupassant publicó Una vida, su primera novela, en 1883, cuando ya era un escritor famoso, tras la estela de Flaubert; y en ella narró «la humilde verdad» de la vida de una mujer atrapada en un mundo de arcaicas convenciones –regidas por el dinero, los títulos y los hombres– y destinada a sufrir con pasividad los embates de la familia, la religión, el matrimonio, la maternidad, e incluso de «instituciones» menos morales como las amantes de los maridos.


Esta historia, la contada en Una vida, quedará para siempre en mi memoria, y es que este libro ha pasado a mi lista de libros favoritos, sólo tendría elogios para describir esta novela. Había tenido un primer contacto con Maupassant por Bel Ami, pero esta obra queda muy por encima. Me resulta curioso, porque quizás escribió en su primera novela en 1883 lo mejor del legado que nos ha dejado. En el estilo y estructura se percibe la dedicación de años que tuvo para esta novela, lo que no sucedió con sus otras obras. Su prosa es pura poesía, consigue abstraerte por completo y hacerte viajar a Normandia con Jeanne. En conjunto hay decenas de pasajes hermosos, que se hacen inolvidables. Me llamó mucho la atención cuando leí que un genio de la literatura como Tolstoi la definía como la mejor novela francesa desde Los Miserables. Yo personalmente no me considero capaz de elegir entre todas las novelas francesas que he leído, pero si tengo claro que Una vida supera a Madame Bovary de Flaubert, de nuevo me vuelve a parecer que el discípulo supero a su maestro.
Los personajes son muy variados y complejos cada uno, Maupassant consiguió dibujar muchos perfiles del ser humano. Jeanne es un sol que ilumina por su humanidad y capacidad de sacrificio, que se ve rodeada de seres que nunca la llegan a comprender y algunos la condenan. Julien representa los más miserables instintos del ser humano, una crueldad desoladora. Junto a él se suman otros personajes como los padres de Jeanne o el sacerdote de la comarca, que son una denuncia social a la inmoralidad y la opresión de aquella época, algo aún más notorio en un mundo de aristócratas. De forma abiertamente explícita se denuncia esto, por lo que es de suponer que la obra en su época sería duramente criticada por las mentes retrógradas. Sin embargo, hay un halo de esperanza y de belleza en la vida después de todo, en esta Una vida.
Personalmente la considero una lectura imprescindible.


***

“Sumida en esa paz que llega cuando se va el sol, esparcía la tierra todos sus aromas. Un jazmín enroscado en las ventanas de la planta baja despedía sin descanso su penetrante aliento, que se mezclaba con el perfume, más discreto, de las hojas nuevas Pasaban despaciosas ráfagas que traían consigo los vigorosos sabores del aire salado y el viscoso sudor de las algas.”


“La vida nunca es ni tan buena ni tan mala como nos creemos”


“Caía en la cuenta por primera vez de que dos personas nunca logran conocerse hasta el alma, hasta el fondo de los pensamientos, de que caminan juntas, enlazadas a veces, pero no fundidas, y que en la entidad moral de cada ser permanece en eterna soledad mientras viva.”


“Así que todo era sólo miseria, pena, desdicha y muerte. Todo era engaño, todo mentira, todo traía consigo sufrimiento y llanto. ¿Dónde hallar un poco de reposo o gozo? En otra vida, seguramente. Cuando el alma quedase libre del calvario de la tierra. ¡El alma! Se puso a pensar en ese misterio insondable, cayendo de pronto en certidumbres poéticas que desaparecían acto seguido al desplazarlas otras hipótesis no menos imprecisas.”


“Y a Jeanne le parecía que se le ensanchaba el alma con la comprensión de cosas invisibles; y aquello diminutos fulgores esparcidos por el campo le proporcionaron de pronto la sensación viva del aislamiento en que viven todos los seres, pues todo les desune, todo los separa, todo los arrastra lejos de aquello que desean o aman”


2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabes cómo me alegra que te haya gustado tanto :D
Un bico

Alexandre dijo...

Gracias a ti he descubierto esta gran novela.

Un abrazo.