Es en las peores situaciones cuando se conocen las verdaderas lealtades. Se acerca la primavera a los Seis Ducados y con ella nuevos ataques de los Corsarios de la Vela Roja. Es el momento de grandes gestas, de héroes anónimos, pero también de astucias y de traición. La misión de un asesino real es estar siempre alerta y proteger a su soberano.
La segunda entrega de esta trilogía mantiene el nivel de la primera, pero en sus 656 páginas algunas partes de la trama se alargan demasiado, es el principal inconveniente que le veo al libro. La historia de amor de Molly y Traspié que se vislumbraba en Aprendiz de asesino, se desarrolla aquí y verán como el destino les pone inconvenientes. Algunas escenas son bastante prescindibles, pero en general es una relación bonita la de estos dos personajes. Aunque alguno de los personajes se empeñen en no verlo, Traspié va madurando a cada prueba a la que se ve sometido. Porque se le exige mucho, es un hombre del rey, y eso significa sacrificarse a sí mismo. Personajes de los que se dieron algunas pinceladas en la primera parte, se desarrollan más en Asesino real. Como es el caso de Lady Paciencia, el Bufón o Kettricken. El bufón sigue siendo todo un descubrimiento y siempre está ahí cuando todo parece perdido. Después del protagonista, es mi personaje favorito de la historia, e intuyo que será decisivo para el desenlace (para muestra el segundo fragmento seleccionado).
Intrigas en una corte cada vez más divida, la búsqueda de los vetulus, la lucha contra los corsarios, traiciones, enigmas, lucha interior, amor...todo hasta llegar a un intenso final. Mucho tiene que cambiar la última parte, para que no me parezca una trilogía de fantasía épica muy recomendable (pero no fantasía épica al uso). Mientras sigo avanzando con La búsqueda del asesino.
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“Ven, caza conmigo, susurra la invitación en mi corazón. Deja atrás el dolor y recupera tu vida. Hay un lugar donde cada momento es ahora, y las decisiones son sencillas y siempre te pertenecen.
Los lobos no tienen rey.”
“-No todos los hombres están destinados a hacer grandes cosas.
-¿Estás seguro Traspié? ¿Estás seguro de eso? ¿De qué sirve vivir la vida si no ha de suponer ninguna diferencia para el devenir del mundo? Me cuesta imaginar algo más triste. ¿Por qué no ha de decir una madre, si crío bien a esta niña, si la quiero y me preocupo de ella, vivirá una vida que reporte felicidad a quienes les rodeen y así yo habré cambiado el mundo? ¿Por qué no iba a decir a su vecino el granjero que planta una semilla, esta semilla que planto hoy dará de comer a todos algún día, y así es como hoy yo cambio el mundo?
-Eso es filosofía, bufón. Nunca he tenido tiempo de estudiar esas cosas.
-No, Traspié, esto es la vida. Y nadie tiene tiempo de pensar en estas cosas. Todas las criaturas del mundo, siquiera durante un latido de su corazón. De lo contrario, ¿qué sentido tiene levantarse cada mañana?”
“El futuro es como la corriente de un canal. No puedo deciros donde va una gota de agua en concreto, pero sí donde es más fuerte la corriente.”