domingo, septiembre 28, 2008

EL PROSCRITO de Louise Cooper


Tarod, prisionero en un limbo sin ayer ni mañana, vive resignándose a su inmortalidad....cuando un Warp, la terrible tempestad desencadenada por las fuerzas del Caos, arrastra a dos seres humanos, un hombre y una mujer, hasta el Castillo de la Península de la Estrella. Ella es Cyllan, una humilde boyera dotada de poderes parapsicológicos, y por la que Tarod sentirán un amor intenso y puro. Él, Drachea, el presunto heredero del Margrave de la provincia de Shu. Encerrados los tres en el castillo, provocarán nuevos y terribles acontecimientos hasta lograr que el Tiempo reemprenda su lento e inexorable camino.

Casi dos años después he conseguido retomar esta gran trilogía. A pesar de ello no he perdido el hilo de la historia, porque el final de El Iniciado es muy impactante y Tarod y Cyllan permanecieron en mi memoria. En esta entrega hay una marcada evolución de los personajes, a mí en particular fue Cyllan la que más me sorprendió. Entra en la trama Drachea, un despota personaje que será decisivo. Hacia el final hay unos impresionantes giros en la trama. Este me parece el libro más inquietante de la trilogía (y también el más psicológico), por la atmósfera asfixiante que es una constante en el Castillo.

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"La frase fue bruscamente cortada por un enorme destello de luz roja como la sangre que estalló en el lugar donde estaba Tarod. Tomo la forma de una espada gigantesca, de dos veces la altura de un hombre y que resplandecía con luz propia, y Tarod la enarboló con ambas manos, como si no pesara nada. La cara de Tarod era una más máscara maléfica."

"Drachea llegó a la puerta y la empujó; ésta giró fácilmente sobre los grandes y engrasados goznes. Salió... Y se detuvo. Incluso desde la distancia a la que se hallaba pudo Cyllan percibir el miedo terrible que sintió Drachea al mirar más allá del castillo y ver... nada."

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