Síntesis de los diferentes géneros literarios utilizados anteriormente por Miguel de Unamuno (1864-1936), NIEBLA gozó desde su aparición de una ampliapopularidad. Interrogándose a sí mismo acerca de esta predilección mayoritaria, Unamuno llegó a la conclusión de que la fantasía y tragicomedia de este relato había de ser «lo que más hable y diga al hombre individual que es el universal, al hombre por encima, y por debajo a la vez, de clases, de castas, de posiciones sociales, pobre o rico, plebeyo o noble, proletario o burgués».
Esta novela ha sido mi estreno con Unamuno, y la verdad es que el libro ha cumplido con creces las expectativas que puse en él. Se puede decir que es de esos libros que se leen del tirón, nunca decae el interés, tenemos una lectura apasionante desde la primera página. Es un autor que me recordó a Galdós y a Balzac, aunque su estilo no es tan descriptivo. Los comienzos de las novelas de Galdós suelen ser lentos porque son muy descriptivos, mientras que con esta novela te metes de lleno en la historia desde el comienzo. Desde la primera página acompañas a Augusto en su paseo por las calles. Me ha gustado mucho el estilo de Unamuno, es sencillo y directo, pero a la vez poético. Me encanta también su parte reflexiva. En muchas situaciones rutinarias de distintos personajes vemos reflexiones sobre aspectos de la vida. Me gustan este tipo de libros donde el autor te consigue abstraer tanto que te identificas con los personajes, vives su historia con ellos. Me recordó a Galdós por su forma de caracterizar tan bien a sus personajes. Relata unas situaciones rutinarias al mismo tiempo que los caracteriza. Es una novela para conocer personajes. Así tenemos muchos grandes personajes como Augusto, Eugenia, Rosario, Victor, Fermín… De ellos mi favorito es el protagonista: Augusto Pérez. Es de esos personajes que no destacan por algo en concreto o son atractivos, pero que son especiales a su manera, que gustan por su nobleza. Me encantaba su amistad con su perro Orfeo. Augusto me recordó un poco a Maximiliano Rubin por su situación También destacaría a Fermín, una persona práctica, sin prejuicios y con gran determinación… El desenlace es triste, pero toma un giro que me pareció muy original. El epílogo es simplemente hermoso, muy emotivo. Este libro se convierte en otra de mis recomendaciones, y desde luego leeré más novelas de Unamuno.
***
"Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa. Ahora surge de ella Eugenia. ¿Y quién es Eugenia? Ah, caigo en la cuenta de que hace tiempo la andaba buscando. Y mientras yo la buscaba ella me ha salido al paso."
"Su madre iba y venía sin hacer ruido, como un pajarillo, siempre de negro, con una sonrisa, que era el poso de las lágrimas de los primeros días de viudez, siempre en la boca y en torno de los ojos escudriñadores. «Tengo que vivir para ti, para ti solo ––le decía por las noches, antes de acostarse––, Augusto.» Y este llevaba a sus sueños nocturnos un beso húmedo aún en lágrimas.
Como un sueño dulce se les iba la vida.
Por las noches le leía su madre algo, unas veces la vida del Santo, otras una novela de Julio Verne o algún cuento candoroso y sencillo. Y algunas veces hasta se reía, con una risa silenciosa y dulce que trascendía a lágrimas lejanas."
"-Estoy convencido de que las cercas y tapias de las propiedades privadas no son más que un incentivo para los que llamamos ladrones, cuando los ladrones son los otros, los propietarios. No hay propiedad más segura que la que está sin cercas ni tapias, al alcance de todo el mundo. El hombre nace bueno, es naturalmente bueno; la sociedad le malea y pervierte...
–¡Cállate, hombre –exclamó doña Ermelinda–, que no me dejas oír cantar al canario! ¿No le oye usted, don Augusto?, ¡es un encanto oírle! Y cuando esta se ponía a aprender sus lecciones de piano había que oírle a un canario que entonces tuve: se excitaba, y cuanto más esta daba a las teclas, más él a cantar y más cantar. Como que se murió de eso, reventado...
–¡Hasta los animales domésticos se contagian de nuestros vicios! –agregó el tío–. ¡Hasta a los animales que con nosotros conviven les hemos arrancado del santo estado de naturaleza! ¡Oh, humanidad, humanidad!"
"–¡Bravo!–exclamó el tío–¡bravo!, ¡bravo! ¡He aquí un héroe!, ¡he aquí un anarquista... místico!
–¿Anarquista? –dijo Augusto.
–Anarquista, sí. Porque mi anarquismo consiste en eso, en eso precisamente, en que cada cual se sacrifique por los demás, en que uno sea feliz haciendo felices a los otros..."
"–Matar por matar es un desatino. A lo sumo para librarse del odio, que no hace sino corromper el alma. Porque más de un rencoroso se curó del rencor y sintió piedad, y hasta amor a su víctima, una vez que satisfizo su odio en ella. El acto malo libera del mal sentimiento. Y es porque la ley hace el pecado.
–Y ¿qué voy a hacer?
–Habrás oído que en este mundo no hay sino devorar o ser devorado...
–Sí, burlarse de otros o ser burlado.
–No; cabe otro término tercero y es devorarse uno a sí mismo, burlarse de sí mismo uno. ¡Devórate! El que devora goza, pero no se harta de recordar el acabamiento de sus goces y se hace pesimista; el que es devorado sufre, y no se harta de esperar la liberación de sus penas y se hace optimista. Devórate a ti mismo, y como el placer de devorarte se confundirá y neutralizará con el dolor de ser devorado, llegarás a la perfecta ecuanimidad de espíritu, a la ataraxia; no serás sino un mero espectáculo para ti mismo."
"–¿Conque no, eh?–me dijo–, ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo su víctima..."
"¡Qué extraño animal es el hombre! Nunca está en lo que tiene delante. Nos acaricia sin que sepamos por qué y no cuando le acariciamos más, y cuando más a él nos rendimos nos rechaza o nos castiga. No hay modo de saber lo que quiere, si es que lo sabe él mismo. Siempre parece estar en otra cosa que en lo que está, y ni mira a lo que mira. Es como si hubiese otro mundo para él. Y es claro, si hay otro mundo, no hay este."
"Su madre iba y venía sin hacer ruido, como un pajarillo, siempre de negro, con una sonrisa, que era el poso de las lágrimas de los primeros días de viudez, siempre en la boca y en torno de los ojos escudriñadores. «Tengo que vivir para ti, para ti solo ––le decía por las noches, antes de acostarse––, Augusto.» Y este llevaba a sus sueños nocturnos un beso húmedo aún en lágrimas.
Como un sueño dulce se les iba la vida.
Por las noches le leía su madre algo, unas veces la vida del Santo, otras una novela de Julio Verne o algún cuento candoroso y sencillo. Y algunas veces hasta se reía, con una risa silenciosa y dulce que trascendía a lágrimas lejanas."
"-Estoy convencido de que las cercas y tapias de las propiedades privadas no son más que un incentivo para los que llamamos ladrones, cuando los ladrones son los otros, los propietarios. No hay propiedad más segura que la que está sin cercas ni tapias, al alcance de todo el mundo. El hombre nace bueno, es naturalmente bueno; la sociedad le malea y pervierte...
–¡Cállate, hombre –exclamó doña Ermelinda–, que no me dejas oír cantar al canario! ¿No le oye usted, don Augusto?, ¡es un encanto oírle! Y cuando esta se ponía a aprender sus lecciones de piano había que oírle a un canario que entonces tuve: se excitaba, y cuanto más esta daba a las teclas, más él a cantar y más cantar. Como que se murió de eso, reventado...
–¡Hasta los animales domésticos se contagian de nuestros vicios! –agregó el tío–. ¡Hasta a los animales que con nosotros conviven les hemos arrancado del santo estado de naturaleza! ¡Oh, humanidad, humanidad!"
"–¡Bravo!–exclamó el tío–¡bravo!, ¡bravo! ¡He aquí un héroe!, ¡he aquí un anarquista... místico!
–¿Anarquista? –dijo Augusto.
–Anarquista, sí. Porque mi anarquismo consiste en eso, en eso precisamente, en que cada cual se sacrifique por los demás, en que uno sea feliz haciendo felices a los otros..."
"–Matar por matar es un desatino. A lo sumo para librarse del odio, que no hace sino corromper el alma. Porque más de un rencoroso se curó del rencor y sintió piedad, y hasta amor a su víctima, una vez que satisfizo su odio en ella. El acto malo libera del mal sentimiento. Y es porque la ley hace el pecado.
–Y ¿qué voy a hacer?
–Habrás oído que en este mundo no hay sino devorar o ser devorado...
–Sí, burlarse de otros o ser burlado.
–No; cabe otro término tercero y es devorarse uno a sí mismo, burlarse de sí mismo uno. ¡Devórate! El que devora goza, pero no se harta de recordar el acabamiento de sus goces y se hace pesimista; el que es devorado sufre, y no se harta de esperar la liberación de sus penas y se hace optimista. Devórate a ti mismo, y como el placer de devorarte se confundirá y neutralizará con el dolor de ser devorado, llegarás a la perfecta ecuanimidad de espíritu, a la ataraxia; no serás sino un mero espectáculo para ti mismo."
"–¿Conque no, eh?–me dijo–, ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo su víctima..."
"¡Qué extraño animal es el hombre! Nunca está en lo que tiene delante. Nos acaricia sin que sepamos por qué y no cuando le acariciamos más, y cuando más a él nos rendimos nos rechaza o nos castiga. No hay modo de saber lo que quiere, si es que lo sabe él mismo. Siempre parece estar en otra cosa que en lo que está, y ni mira a lo que mira. Es como si hubiese otro mundo para él. Y es claro, si hay otro mundo, no hay este."
2 comentarios:
Sin duda, un magnífico libro que acaba pidiéndote más obra del autor.
Saludos.
Para mí fue un gran descubrimiento, me animo a leerme la obra de Unamuno.
Saludos.
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