martes, febrero 12, 2008

AMOR Y PEDAGOGÍA de Miguel de Unamuno


Esta obra supone dentro del contexto de la obra de Miguel de Unamuno el abandono de las técnicas y procedimientos utilizados cinco años antes en 'Paz en la guerra', su primera novela, para adoptar conceptos estéticos nuevos. Como observa Julia Barella en su introducción a este volumen, en este relato satírico de un experimento fallido, lo que busca Unamuno es 'la salvación personal, liberarse, como hombre de creencias exclusivamente racionalizadoras y dogmáticas, de doctrinas intelectuales que sólo intentan ordenar y clasificar el mundo.


He encontrado en Amor y pedagogía una obra maestra, que supera en mi opinión a Niebla y La tía Tula, los libros que ya había leído de Unamuno. Una nivola como así las llamaba él que si bien no tiene una gran extensión, es muy intensa y dice mucho. Sus páginas encierran mucho trasfondo filosófico, desarrollado en ese estilo poético que caracteriza a este autor (como ya había visto en la magistral Niebla), se habla del significado de la ciencia, lo que supone esta para los seres humanos, de la vida, del amor, de la muerte…, de la mano de la pedagogía que cree transmitir Don Avito a su hijo Apolodoro. Una novela de grandes personajes y llena de diálogos brillantes, ahí tenemos las interminables charlas entre Don Avito (uno de los personajes más curiosos que he conocido en los libros) y el visionario Fulgencio, y las enseñanzas que este último intenta darle en su conversación a Apolodoro. El joven se debate entre la ciencia y el amor, el amor que le profesa su madre Marina, el amor que siente por Clara. El título de la novela no podría haber sido más apropiado. El desenlace es muy duro, se queda grabado.
En el epílogo el autor explica y justifica el motivo para desarrollar ese final, y al mismo tiempo despeja algunas dudas sobre los personajes, además de contar anécdotas de la publicación de la novela (un editor quizo que cambiara el final para que la obra fuera traducida al inglés, pero Unamuno argumentó bien el porqué del destino del protagonista.)
Desde mi humilde opinión la considero una novela imprescindible en la literatura española.
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“Hipótesis más o menos pausibles, pero nada más que hipótesis al fin y al cabo, es todo lo que se nos ofrece respecto al cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué ha nacido Avito Carrascal. Hombre del porvenir, jamás habla de su pasado, y pues él no lo hace de propia cuenta, respetaremos su secreto. Sus razones tendrá cuando así lo ha olvidado.”
“Hay tres clases de hombres: los que primero piensan y obran luego, o sea, los prudentes; los que obran antes de pensar, los arrojadizos, y los que obran y piensan a la vez, pensando lo que hacen a la vez misma que hacen lo que piensan. Éstos son los fuertes.”
“Espera al sueño y es su más dulce vivir el de esperarlo. El sueño es la fuente de la salud, porque es vivir sin saberlo. No sabe que tiene corazón quien le tenga sano, ni sabe que tiene estómago o hígado sino quien los tenga enfermos; no sabe que vive el que duerme. En el sueño, hasta el sueño le viene con ensueños, con pedagogía. ¿Dónde estará uno a salvo?, ¿dónde habrá un sueño sin ensueños e inacabable? ¡Qué sueño el de la vida!”
“Es ineficaz el que el arte abra los brazos al oficio desde los espacios cerúleos diciéndole: '¡sube a mí!'; es menester que baje al infierno en que éste hoy arde y se consume, y se consuma y arda con él y a fuego lento se fundan en la común miseria y luego, llevado de sus ansias de elevación y de libertad, suba a los cielos, llevándose el oficio con él. Y así y sólo así podrá llegar el día en que sea le trabajo espontáneo derrame de energía vital, actividad verdaderamente libre, actividad productora de belleza; así y sólo así llegará a ser la vida misma obra de arte el arte obra de vida.”
“¡Bienaventurados los que se ríen porque ellos llorarán algún día! Y los que no se ríen, esos no podrán llorar y las lágrimas se les quedarán en el corazón, envenenándoselo.”
“¡Qué ensueños los de la muerte de la vida y los de la vida de la muerte! ¿Tenemos derecho a la vida?, ¿tenemos deber de morir? ¡Ser dioses!, ¡ser inmortales! ¡La muerte!”

1 comentario:

Sombrero Loco dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Hace pocos meses me lei Amor y pedagogia y quede realmente complacida con las charlas que mantiene Don Avito con el filosofo. La vision que tiene de la vida como el suaño de un dios y de que todo acabara cuando El despierte, se acerca bastante a mis propias ideas, lo que supongo ha hecho que el libro se me haga mas proximo.
El epilogo de las pajaritas de papel y el segundo, donde explica que se va a enrollar porque le faltan paginas para llegar al numero minimo son realmente divertidos xD Me parti de risa leyendolo xD

Un buen libro n.n ¿Quien me iba a decir que Unamuno podia ser tan entrenenido?