miércoles, septiembre 15, 2010

INVISIBLE de Paul Auster


En 1967, Adam Walker es un joven poeta ávido de vida y literatura, con mucho más futuro que pasado. Estudia en la Universidad de Columbia, se opone a la guerra de Vietnam, y además –esto lo dicen quienes lo conocen, porque él no parece darse cuenta– es guapísimo. Y una noche, en una fiesta de estudiantes, conoce a una pareja de franceses muy sofisticados, muy seductores. Lo primero que le llama la atención a Adam es el nombre de él, Rudolf Born, como en Bertrand de Born, el poeta provenzal que en uno de los cantos de Dante lleva su propia cabeza cortada en las manos. Y tras varios días de ambigua seducción en los que la pareja va tejiendo su invisible tela de araña en torno al hermoso e inocente americano, Rudolf Born, que está en Columbia como profesor invitado en la School of International Affairs, le ofrece a Adam la dirección de una revista literaria que él financiará.

Invisible es mi tercera lectura del señor Auster después de Brooklyn Follies y Tombuctú. Ha sido una experiencia lectora diferente. Con el mismo telón de fondo que nos suele tener acostumbrado este autor, pero diferente. Adam Walker es de esos personajes del que te encanta conocer todos sus detalles suyos, y en este libro podremos conocerlos, pero poco a poco. Digamos que esta es una historia dentro de una historia, y con el cambio de voz narradora, no sabemos si con sucesos reales o no.

Adam, un aspirante a poeta, dispuesto a darlo todo por su pasión por las letras, lo primero que despertó mi entusiasmo por este personaje, se encuentra con Rudolf Born y Margot. Su vida cambia por completo. En Rudolf recrea Auster a una de las personalidades más despreciables. Conforme avanza la novela, hay muchos sucesos truculentos que despiertan las fobias hacia este personaje. Lo que tiene mérito: crear personajes de los dos extremos, odiados o amados.

Sin llegar al nivel de Brooklyn Follies, me parece una novela lograda, sobre todo después del giro inesperado que da con el final, y desde luego la recomendaría.


***

No recuerdo en absoluto por qué me encontraba allí. Alguien debió invitarme, pero hace mucho que se me fue de la memoria quién pudo ser. (…)Lo que recuerdo es lo siguiente: en cierto momento de la velada, me encontré solo en un rincón de la estancia. Estaba fumando un cigarrillo mientras observaba a la gente, docenas y docenas de jóvenes cuerpos apiñados en los confines de aquel espacio, oyendo la estruendosa mezcla de palabras y risas, preguntándome qué demonios hacía allí y pensando que tal vez era hora de marcharme. Había un cenicero sobre un radiador a mi izquierda, y al volverme para apagar el pitillo vi que, sujeto en la palma de la mano de un desconocido, el receptáculo lleno de colillas se elevaba hacia mí. Sin que lo hubiera advertido, dos personas acababan de sentarse en el radiador, un hombre y una mujer, ambos mayores que yo, y sin duda con más años que ninguno de los que se encontraban en la habitación: él, alrededor de los treinta y cinco; ella, veintinueve o treinta.”

2 comentarios:

César dijo...

Alex!!! Cuanto tiempo!! Todo bien? Espero que sí.
En cuanto al libro, me encantó, aunque la verdad es que me gusta casi todo lo que leo de Auster.
Se que el libro tiene partes bastante "difíciles" pero mi impresión genera del libro fue buenísima!
Un abrazo

Alexandre dijo...

Hola César,
sí, una vida un poco complicada la mía (de ahí que dejara de publicar en el blog), pero bien, para que me voy a quejar, para que vayan diciendo por ahí que soy victimista...

El libro, para no destripar mucho, aunque ya la mayoría se lo leyó, arrasó en la blogosfera, tiene alguna que otra parte surrealista por decirlo así, pero superado eso, le puedo dar el notable. Fernando que es un avanzando en la materia, me comentó que Auster publica nuevo libro en noviembre. Ya me diréis si está bien.

Espero que tú también estés bien, tío ;

Un abrazo,
Alex.