sábado, julio 28, 2007

DE UN CLÁSICO A OTRO CLÁSICO (por Catón)


Un amigo me ha dedicado un escrito que me ha parecido hermoso, aparte me sorprendió mucho todo lo que conoce mis autores y libros favoritos. No era consciente hasta que punto me conoce la gente. De nuevo le doy las gracias a Catón por este bonito regalo. Pues aquí dejo este “De un clásico a otro clásico”, quedará para la posteridad, para recordarlo siempre…

El viejo Benito Pérez, cuando ya estaba ciego y en las últimas, me preguntó por un viejo amigo suyo. Y le conté a nuestro venerado literato de entre siglos cómo este chico era, desde hacía mucho tiempo, nuestro compañero de viajes. Le comenté, hasta donde yo sabía, todas sus correrías: lo había visto por tierras de fantasía, unas veces siguiendo cursos de hechicería en Hogwarts, y otras luchando a brazo partido junto al rey Arturo y sus caballeros. Después le perdí la pista porque se fue con Michael Ende a vivir una historia interminable en la que disfrutó como un niño. Más tarde vinieron tiempos difíciles: se matriculó en la universidad para estudiar veterinaria con su amiga Andrea en una Barcelona empobrecida por la guerra. Pero el estudio le duró poco: tuvo que servir a su patria en el buque San Juan Nepomuceno, bajo el mando del almirante Churruca dándole cañonazos a los franchutes. Aunque el barco naufragó, nuestro amigo llegó con Verne a una isla misteriosa, que nunca llegó a explorar. Después lo vieron por Inglaterra, frecuentando la casa de las Dashwood. Pero su verdadero amor estaba en España, y se llamaba Fortunata… ¿o era Jacinta? Un asunto de honor le costó la prisión en el castillo de If, y por eso pasó unos cuantos años dando caza a unos amigos que le habían traicionado y cobrándose venganza. Yo mismo estuve con él en Egipto, saqueando tumbas, pero finalmente dejamos aquella vida de delito y se hizo un caballero honrado. Se marchó a Estados Unidos, donde lideró la causa de la abolición de la esclavitud, junto a un anciano de color llamado Tom. Lo invité a venir a una Rusia que se debatía entre la guerra y la paz, pero decidió que el frío de Moscú no estaba hecho para él. Le dije al maestro Galdós que últimamente lo habían visto por Gerona. Al más clásico de los clásicos: Edmundo, un forero especial, muchas gracias por compartir tus aventuras con nosotros. No cambies nunca!

3 comentarios:

Alejandra dijo...

Como ya lo dije en la entrada original que se publicó en Abretelibro, las palabras de Catón me han dejado sin palabras, ha captado la gran calidad humana que tienes y el excelente trabajo que has hecho por el foro. Nunca olvides que hay muchas personas que te tienen cariño, y que valoran las cosas que haces, eres un ser extraordinario que siempre da a los demás lo mejor de si. Me quito el sombrero ante el homenaje que te ha hecho Catón con este escrito, y nada, nunca cambies querido amigo.

Alexandre dijo...

Ahora soy yo el que me quedo sin palabras, no sé si mereceré tanto

Un abrazo

Violeta J. dijo...

Jo, que bonito!!! Me ha gustado un monton!!
Ya sabes lo que siempre he dicho de ti, eres una persona excepcional, tienes un corazón enorme que ni siquiera te cabe en el pecho, tienes una bondad infinita, y eres un amigo genial. Y como ya te ha dicho Ale, no cambies cariño!!!!
Besos