viernes, enero 22, 2010

JUNTOS, NADA MÁS de Anna Gavalda


Camille Fauque tiene 26 años, dibuja de maravilla, pero no tiene fuerza para hacerlo. Philibert Marquet, su vecino, vive en un apartamento enorme del que podría ser desalojado. Franck Lestafier, cocinero de un gran restaurante, es mujeriego y malhablado, lo cual irrita a la única persona que le ha querido, su abuela Paulette, que a sus 83 años se deja morir en un asilo. El encuentro de estos cuatro personajes puede significar la salvación de un naufragio anunciado. La relación que se establece entre estos perdedores de corazón puro es de una riqueza inaudita, tendrán que aprender a conocerse para lograr el milagro de la convivencia.

Mi primera noticia sobre Anna Gavalda me llegó cuando Sami me recomendó Juntos, nada más. Es uno de las escritoras francesas más exitosas en la actualidad en su país y con más repercusión fuera. Esta historia conmovedora ha sido toda una sorpresa, y me he sentido muy cerca de estos cuatro náufragos o supervivientes. Por el título puede parecer una novela romántica, es más bien una mezcla de géneros, y yo me quedó con que nos enseña lo que de verdad necesitamos en la vida y las personas que son importantes. Llena de ternura, nostalgia a veces, amor, amistad, humor, ironía, paseos por París, y personajes llenos de sentimientos.
Comienzas la novela y ya es inevitable encariñarte con estos personajes, acompañarles en su búsqueda y en su camino de lo que pretenden que sea su vida, porque cada uno Camille, Franck, Philibert y Paulett, tienen unas necesidades y aunque sean distintos completamente, caminan irremediablemente hasta encontrarse juntos. Y he aquí la parte más hermosa de esta historia, como personas tan dispares, que no son familia, unen sus destinos, se aman sin pedir nada a cambio y conviven felices (si por algo me gustaría ver la película es por observar esa convivencia). Camille y Philibert magullados por la vida y despreciados por su familia, encuentran en Franck y Paulett la familia que no tenían, y la anciana a su vez recupera la ilusión de vivir con ellos. Los cuatro se necesitan y se complementan, y eso me parece realmente hermoso.
De los cuatro me quedo con Philibert, es entrañable este caballero de otro siglo que siempre tiene una palabra amable para todos y que conmueve por su gran humanidad. Además me encanta como lo caracteriza la autora y ver su evolución.
Por suerte, se han publicado más novelas de Anna Gavalda y un libro de relatos en castellano, los iré leyendo poco a poco. No podía quedarme sólo con Juntos, nada más. Recomiendo este libro a todos. Le doy un 10 redondo. Hacía un tiempo que un libro no me llegaba como este.

***
“Camille se moría de ganas de dibujarla. Su rostro evocaba las matitas de los taludes, violetas silvestres, francesillas, raspillas… Era abierto, dulce, luminoso, fino como papel de papel de arroz. Las arrugas de tristeza desaparecían entre las volutas del té y dejaban paso a miles de huellas de bondad en la comisura de sus ojos.
Camille la encontraba hermosa.”


“Camille devolvió esa maravilla a su estantería pensando que el mundo se dividía en dos categorías: los que comprendían los dibujos de Sempé y los que no. Por muy ingenua y maniquea que pudiera parecer esa teoría se le antojaba absolutamente pertinente. Por poner un ejemplo, ella conocía a una persona que, cada vez que hojeaba un Paris-Match y descubría una de esas viñetas, no podía evitar ridiculizarse: Yo no le veo la gracia a esto... A ver si alguien me explica algún día de qué hay que reírse... Mala suerte, esa persona era su madre.”

“Se cogieron de la mano al volver a la superficie. Cogerse la mano está bien. No compromete demasiado al que la da, y sosiega mucho al que la recibe...”

“-¿Me llevaréis a algún espectáculo? ¿Iremos a ver operetas?
Philibert se volvió hacia ella, entonando una canción de opereta. Camille le cogió la mano y Franck sonrió a Camille por el retrovisor. Nosotros cuatro, aquí, ahora, en este Clío destartalado, liberados, juntos, y que venga lo que tenga que venir... Los cuatro cantaron a coro el estribillo de la opereta.”


“Déjame que te diga que si ser intelectual significa que a uno le gusta aprender, ser curioso, atento, admirar, emocionarse, tratar de comprender cómo funcionan las cosas e intentar irse a la cama un poco menos tonto que la víspera, entonces sí, reivindico mi condición totalmente: no sólo soy una intelectual, sino que además estoy orgullosa de serlo… Súper orgullosa incluso… Y porque soy una intelectual, como dices, no puedo evitar leer las revistas de motos que dejas tiradas en el retrete, y sé que la nueva BMW R 1200 GS tiene un chismito electrónico que le permite funcionar con gasolina de mierda…”

7 comentarios:

Isi dijo...

Ya te dije que he visto la película, que te recomiendo. Me encantó Philibert!!
Tengo que leerlo!

Mertxe Costas-Bookworm dijo...

Me encanta cuando alguien le da un diez a un libro ¡no puede estar equivocado! ¿no? Creo que este lo debe de tener mi hermana, con lo que me aseguro una lectura y el consecuente ahorro monetario ¡je,je!
Anotado queda en la lista infinita.
Saludos

Alexandre dijo...

Isi, creo que muy pronto voy a ver la película. :)

Booworm me sentí tan a gusto con los personajes y me identifiqué tantas veces, que fue un gran experiencia lectora. ;)

Saludos!

Sol dijo...

Me gustó muchísimo, es que te queda un poso de buen rollo y de alegría...

Su dijo...

¡Qué bien que te haya gustado! Y sigo insistiendo con Eça de Queirós ;D

Un bico

Anónimo dijo...

coincido contigo: "lleno de ternura, nostalgia a veces, amor..." ¡me ha gustado mucho como lo reseñaste! ¡gracias!

Franck Lestafier dijo...

Preciosa historia real