Meggie tampoco será abandonada por la magia en esta aventura... y un nuevo viaje dará comienzo. Meggie partirá hacia el Mundo de Tinta en compañía de Farid con la intención de prevenir a Dedo Polvoriento, pues el cruel Basta y la malvada Mortola no andan muy lejos… Además, por fin conocerá al Príncipe Orondo, a Cósimo el Guapo, al Príncipe Negro y a su oso y el Bosque Impenetrable. Y, cómo no, también le gustaría reencontrarse con las hadas azules, con los elfos de fuego y, como es natural, con Fenoglio, que quizá pueda devolverla al mundo real mediante la escritura.
Los hechos en el Mundo de Tinta nos servirán para comprender más al personaje de Dedo Polvoriento, que aquí desvela su historia personal. Y nos presenta al Príncipe Negro y su Oso. Venerados por Meggie, quien conocía la historia por su padre. El personaje de Fenoglio que no terminó de desarrollarse en el anterior volumen, aquí será decisivo. Ha terminado conviertiéndose en uno de mis personajes favoritos de la historia. Son muchos personajes en torno a Umbra y al Bosque Impenetrable, algunos verdaderos descubrimientos. La autora se maneja muy bien.
Esta segunda entrega mantiene el nivel, que ya era difícil después de Corazón de Tinta, y deja muchas incógnitas sin resolver como era de esperar, con tantos nuevos personajes y tramas. Veremos como concluye la historia con Muerte de Tinta. Si nada cambia, esta será otra trilogía de fantasía que recomiende.
***
“-¡La vida de las palabras habladas es más efímera que la de un insecto! Sólo la palabra escrita vive eternamente.
-¿Eternamente?-inquirió Fenoglio como si acabase de oír una estupidez-. Nada es eterno, y a las palabras nada mejor puede ocurrírseles que estar en boca de los juglares. Sí, sin duda, eso las transforma cada vez que son cantadas de modo diferente, pero ¿no es maravilloso? Una historia vestida siempre con ropajes distintos cuando la escuches… ¿hay algo mejor? ¡Una historia que crece y florece como si fuera algo vivo! Mirad por el contrario las que se comprimen en los libros. De acuerdo, acaso vivan más tiempo, pero sólo respiran cuando una persona abre el libro. ¡Son sonidos prensados entre papel y sólo una voz puede devolverlos a la vida! Recobran su vida cual pájaros que salen aleteando al mundo. Si acaso tengáis razón y el papel las haga inmortales. Pero ¿por qué ha de preocuparme eso? ¿Acaso voy a seguir viviendo pulcramente prensado entre las páginas, junto con mis palabras? ¡Es absurdo! No somos inmortales, y ni las palabras más bellas lograrán cambiar nuestro destino.”
“No se podía mover. Su cuerpo inservible era una cárcel en llamas. Quiso abrir los ojos, pero los párpados le pesaban como si fueran de piedra. Todo estaba perdido. Sólo quedaban las palabras dolor, miedo, muerte. Palabras blancas, incoloras, exánimes. Sólo el dolor era rojo.
¿Es esto la muerte?, se preguntó. ¿Esta nada repleta de sombras que palidecen? A veces creía percibir los dedos de las mujeres pálidas tocando su pecho dolorido como si quisieran estrujarle el corazón. ”
2 comentarios:
Qué casualidad. Acabo de terminar de ver la película. ¿Crees que debería leerme el libro?
Decididamente: SÍ
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