Las peripecias del adolescente Holden Cauldfiel en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, muy lejos de la visión almibarada de la adolescencia que imperó hasta entonces, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo.
Al igual que a vosotros conecté con esta novela por ese tratamiento tan intimista reflejado con las confidencias del protagonistas, que cuenta todo con confianza como si se lo relatara a un amigo. Me atraen mucho los libros en los que se estudia la psicología de los personajes a fondo como en Nada y Las cenizas de Ángela. Es un libro lleno de pasajes emotivos e impactantes que permanecen en tu memoria. La verdad es que me ha fascinado más de lo que esperaba. Me llama la atención como Holden siempre detestaba la hipocresía, de ahí que a veces no quisiera vincularse con el mundo de los adultos. También me gustó la atractiva ambientación del Nueva York de mitad de siglo XX.
***
"Lo que más me gusta de un libro es que te haga reir de vez en cuando. Leo un montón de clásicos como la vuelta del indígena y no están mal, y leo también muchos libros de guerra y de misterio, pero no me vuelven loco. Los que de verdad me gustan son esos que cuando terminas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras. No hay muchos libros de esos. Por ejemplo, no me importaría llamar a Isak Dinesen, ni tampoco a Ring Lardner, sólo que D.B. me ha dicho que ya ha muerto."
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario