miércoles, abril 16, 2008

SIETE DE JULIO de Benito Pérez Galdós


El 7 DE JULIO de 1822, fecha del levantamiento de los generales Riego y Ballesteros, quedó como fecha conmemorativa de un triunfo constitucional y popular que no sería tan duradero como pensaron los milicianos nacionales y los oradores de clubs y sociedades que celebraron su victoria sobre la conspiración urdida desde el propio Palacio. Episodio de fuerte intervención ciudadana localizado totalmente en Madrid, reúne las condiciones idóneas para que Pérez Galdós dibujara en él una estampa histórica llena de interés y vida que se entrevera con la peripecia novelesca que protagoniza en esta «Segunda serie» Salvador Monsalud.


El Siete de julio (noviembre, 1876), quinto episodio de la Segunda Serie de EE. NN, como anuncia el título narra en gran parte de su trama ese día crucial en la Historia española en 1822, el vuelvo y triunfo constitucional de los generales Riego y Ballesteros. Nos encontramos ante el episodio más épico dentro de esta Segunda Serie, es impresionante la descripción del batallón Sagrado, muy intenso. Esta vez la novela no se centra tanto en la trama anterior de los personajes, dando más importancia a la revolución política de esos días. No obstante, seguimos viendo la evolución de personajes como Salvador Monsalud, que en esta entrega sorprende más que nunca por su humanidad y su brillantez para los grandes discursos, Soledad sobrevive y se ve movida por los deseos de su padre (memorable la parte de su eterna búsqueda en el batallón Sagrado), lo que la lleva a conocer a su primo Anatolio, personaje que más bien me parece moralista y despreciable. Como siempre un desenlace sorprendente, que anima a continuar con la siguiente entrega. No es de los episodios imprescindibles, bajo mi humilde criterio, pero no deja de ser más que recomendable.

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"Precisamente el alma es la que se pierde, porque es la que se fascina, la que se engaña, la que sueña mil bellezas y superiores goces, la que aspira con sed insaciable a lo que no posee y a hacer posible la imposibilidad, y a querer estar donde no está, y a marchar siempre de esfera en esfera buscando horizontes. "


"Pero aquel hombre pequeño estaba decidido a ser grande por la fuerza de su fe y de sus convicciones; borró de su mente la pérfida imagen doméstica que le desvanecía, y no pensó más que en su puesto, en su deber, en su grado, en la individualidad militar y política que estaba metida dentro del D. Benigno Cordero de la subida de Santa Cruz. Entonces el hombre pequeño se transfiguró. (...)Rugiente y feroz se lanzó el comandante de cazadores. Estos cargaban como los infantes españoles de los grandes tiempos antiguos y modernos, con brío y desenfado, cual si hicieran la cosa más natural. La falange de papel destrozó a los caballeros invencibles de corazón de hierro, que se desconcertaron, no sólo por el empuje de los milicianos, sino por la sorpresa de verse tan bizarramente acometidos."


"Aunque es cosa averiguada que el corazón no tiene alas, puede y debe decirse, aceptando la anatomía vulgar, que a Solita se le cayeron las alas del corazón. Salió a la calle sin ver portero, ni portal, ni puerta, ni calle. Ella no veía más que su propia alma, que en aquellos instantes se le presentaba clara y completa con la lucidez que da el dolor. Dio algunos pasos sin saber a dónde iba; pero las rejas de la habitación donde había estado dijeron algo a su entendimiento y se detuvo."


"Parece que no ha pasado el tiempo. Todo está lo mismo. Ved la calle, la casa, los peces de colores nadando y revolviéndose con incesantes curvas en sus estanques; ved las jaulas de grillos colgadas en racimos a un lado y otro de la puerta; fijad la atención en la ventana de la escuela y oíd el rumor de moscardones que por ella sale. Nada ha cambiado, y D. Patricio Sarmiento, puntual e inmutable en su silla como el sol en el firmamento, esparce la luz de su sabiduría por todo el ámbito del aula. Lo mismo que el año pasado, está explicando la desastrosa historia y trágica muerte de Cayo Graco; pero su voz elocuente añade estas fatídicas palabras: «Terribles días se preparan. Roma y la libertad están en peligro»."

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