Premios Hugo, Nebula y Campbell de 1978. En Pórtico, Frederik Pohl retoma y revigoriza la línea especulativa que le puso a la cabeza de la ciencia ficción mundial. Ésta es la primera novela de una tetralogía cuyo hilo conductor es una misteriosa especie de extraterrestres, los Heeche. En ella, un grupo de humanos descubre una base espacial, legado de una civilización huida de nuestra galaxia mucho antes del origen del hombre. Esa base abandonada es el misterioso Pórtico, que se abría en otro tiempo a todas las maravillas del universo... y a todos sus horrores. Ganadora en 1978 de los premios Hugo, Nebula y John W. Campbell Memorial, Pórtico es la única novela en toda la historia de la ciencia ficción que ha obtenido estos tres galardones.
Este autor ha sido toda una sorpresa, me encantó su estilo. Será uno de los que tenga en cuenta para futuras lecturas de ci-fi junto con Orwell y Orson Scott Card.
La historia desde un principio es apasionante, nunca decae. Me llamó la atención como recrea ese futuro en la Tierra, el trabajo de Rob en las minas de alimentos. El autor no describe detalladamente, pero te haces una buena visión de ese futuro con facilidad. También me encantó la ambientación de Pórtico, como describe su sociedad, como te adentra allí…Otro de los puntos fuertes del libro es la gran descripción de los viajes en el espacio.
Los personajes en general son muy buenos, pero mis favoritos son Rob y Sigfrig. La relación que se establece entre ellos dos es de lo mejor del libro. Me encanta como se explora en la psicología de Rob, ese trato intimista entre Rob y Sigfrig, mucho más intenso que entre el el de un psicoanalista y paciente.
El planteamiento del final me ha gustado, te deja reflexionando sobre la realidad que plantea. Algo que ya me había sucedido con otros títulos de este género (1984, Un mundo feliz… ).
Muy recomendable.
***
“-Creo que tienes ganas de llorar, Bob.
Tiene razón, pero no le contesto.
-¿Te gustaría llorar un poco?-insiste.
-Me encantaría-admito.
-Entonces, ¿por qué no lo haces, Bob?
-Ojala pudiera. Desgraciadamente, no sé cómo hacerlo.”
“Bob, sabes que soy una máquina. También sabes que mi función es tratar con sentimientos humanos. Yo no puedo sentir los sentimientos. Sin embargo, puedo representarlos con modelos, analizarlos y evaluarlos. Puedo hacerlo por ti. Incluso puedo hacerlo por mí mismo. Puedo construir un paradigma dentro del cual pueda valorar las distintas emociones. ¿La culpabilidad? Es algo muy doloroso; por esta misma causa, es un modificador de conducta. Puede influenciarte para impedir acciones inductoras de culpabilidad, y esto es algo útil para ti y para la sociedad. Sin embargo, no puedes utilizarla si no la sientes.”
Este autor ha sido toda una sorpresa, me encantó su estilo. Será uno de los que tenga en cuenta para futuras lecturas de ci-fi junto con Orwell y Orson Scott Card.
La historia desde un principio es apasionante, nunca decae. Me llamó la atención como recrea ese futuro en la Tierra, el trabajo de Rob en las minas de alimentos. El autor no describe detalladamente, pero te haces una buena visión de ese futuro con facilidad. También me encantó la ambientación de Pórtico, como describe su sociedad, como te adentra allí…Otro de los puntos fuertes del libro es la gran descripción de los viajes en el espacio.
Los personajes en general son muy buenos, pero mis favoritos son Rob y Sigfrig. La relación que se establece entre ellos dos es de lo mejor del libro. Me encanta como se explora en la psicología de Rob, ese trato intimista entre Rob y Sigfrig, mucho más intenso que entre el el de un psicoanalista y paciente.
El planteamiento del final me ha gustado, te deja reflexionando sobre la realidad que plantea. Algo que ya me había sucedido con otros títulos de este género (1984, Un mundo feliz… ).
Muy recomendable.
***
“-Creo que tienes ganas de llorar, Bob.
Tiene razón, pero no le contesto.
-¿Te gustaría llorar un poco?-insiste.
-Me encantaría-admito.
-Entonces, ¿por qué no lo haces, Bob?
-Ojala pudiera. Desgraciadamente, no sé cómo hacerlo.”
“Bob, sabes que soy una máquina. También sabes que mi función es tratar con sentimientos humanos. Yo no puedo sentir los sentimientos. Sin embargo, puedo representarlos con modelos, analizarlos y evaluarlos. Puedo hacerlo por ti. Incluso puedo hacerlo por mí mismo. Puedo construir un paradigma dentro del cual pueda valorar las distintas emociones. ¿La culpabilidad? Es algo muy doloroso; por esta misma causa, es un modificador de conducta. Puede influenciarte para impedir acciones inductoras de culpabilidad, y esto es algo útil para ti y para la sociedad. Sin embargo, no puedes utilizarla si no la sientes.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario