Alice Gould es ingresada en un sanatorio mental. Según una carta de su médico particular su paranoica obsesión es atentar contra la vida de su marido. La extrema inteligencia de esta mujer y su actitud aparentemente normal confundirán a los médicos hasta el punto de no saber a ciencia cierta si Alice ha sido ingresada injustamente o padece realmente un grave y peligroso trastorno psicológico.
Desde las primeras páginas el libro me cautivó y el maravilló estilo del autor, consiguió que me metiera en la historia. Yo viví la historia junto a Alice Gould. Lo que se cuenta en el primer y segundo capítulo te da una idea de lo que se avecina.
Muchas novelas enganchan por algo en especial, pero esta lo hace con todo: unos personajes inolvidables y entrañables, como olvidar a Alice, Ignacio Urquieta, Cesar Arellano, Monse, la Duquesa de Pitiminí, La Niña Vacilante, Rómulo, Remo... y otros muchos; una trama que nos envuelve hasta el final, porque hasta el final no hay que dar nada por hecho en la investigación de Alice.
Mi personaje favorito es Alice, me encanta su forma de actuar en la historia.
Se aprenden muchas cosas de psicología, si hasta me he quedado con ganas de leer más sobre el tema.
Un libro emotivo y dramático en algunos pasajes, que nos hace reflexionar sobre el trato que reciben los enfermos mentales en la sociedad y su problemática como aprender a ayudarlos a integrarse...
“Él mismo se ofrecía para pasar a cuchillo a todos sus compañeros y evitarles así presenciar la hecatombe cósmica.
-No te preocupes por ellos-le decía a Dios- por... por... porque... todos son equi... equi...eso es!... equivocaciones tuyas. Son los ren...renglones torci...torcidos, de cuando apre... apren... eso es! ..aprendiste a escribir. Los pobres locos -continúa ahogado en sollozos- son tus fal... faltas de orto... ortografía.
Se lo llevaron. Aun con la puerta cerrada, se seguían oyendo sus lamentos.”
1 comentario:
Al principio a mí me gustó este libro. Pero ahora tengo otra visión acerca de él.
Su autor fue fundador del diario ABC.
El que fuese de derechas, de extrema derecha, no tiene nada de casual.
Si se lee entre líneas nos damos cuenta de que este libro no trata simplemente de la historia de una persona. Sería demasiado simple.
Trata de la redención.
Alice Gould entra siendo una persona imperfecta (normal, todos somos humanos). Allí, privada de la libertad no le queda otra más que ser inteligente y superar el escalafón. Ya lo dice en el libro. Algo así como que los "renglones torcidos de Dios" son ERRORES de Dios.
La visión no puede ser más despectiva y sutil, a la vez.
Asimismo debo añadir que en la línea de este pensamiento (estoy trazando mi opinión, téngase en cuenta) las enfermedades mentales se consideran debilidades humanas, abandonos cómodos de las personas que se rinden pronto y que no quieren luchar (cuántas veces no lo habré leído en otros libros de la época franquista).
En definitiva Alice sigue un camino que la perfecciona. Va cada día redimiendo sus pecados y ayudando cada vez más cueste lo que le cueste, quedando bien clara su fuerza de carácter y espíritu.
Es un personaje digno. Es una heroína. Tal vez nos guste, pero, ¿la queremos? ¿Nos surge la empatía? ¿Sentimos identificación? ¿Nos resulta humana?
Alice sorprendentemente convierte el dolor en trabajo de servidumbre.
Pero muy rápidamente. Cuánto me gustaría hacer eso a mí de un día para otro.
Y tan perfectísima que, es digna de uno de ellos. ¿O no? Bueno, no se sabe....
En el fondo nunca se sabe. Por mucho que luches, que quieras ser como ellos no te aceptarán con un problema mental.
Luchas y luchas, pero son superiores, o eso creen.
No, no me gustan quienes creen en superioridad de clases.
¿Una buena novela, realidad sobre psiquiátricos? La campana de cristal, de Sylvia Plath. Muy dura, pero es que es dura esa realidad. No te la recomiendo ahora, Alex.
Muchos besos. Siento la crítica. :-P
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