lunes, febrero 16, 2009

EL AMERICANO de Henry James


Christopher Newman, «el americano», «el hombre nuevo», «el gran bárbaro del Oeste», llega a París dispuesto a «ver todas las cosas importantes y hacer lo que hace la gente inteligente». Tomar esposa se encuentra también entre sus expectativas, y ninguna mujer parece adecuarse tanto a ellas como madame de Cintré, una joven viuda perteneciente a una rancia casta de aristócratas. Newman piensa que, con su dinero, podrá vencer las reticencias y el orgullo de una familia poco inclinada a emparentar con -como ellos dicen- «una persona mercantil». Y en un principio así parece... pero, como un día le advierte el hermano menor de madame de Cintré, «los árboles viejos tienen ramas torcidas, las casas viejas tienen grietas curiosas, las viejas estirpes tiene raros secretos. ¡Recuerde que tenemos ochocientos años!». La comedia de sociedad se ensombrece de pronto con el oscuro legado de los siglos, que hace su gótica aparición en forma de duelos, vergonzosos secretos, crímenes y clausuras de por vida. Newman aprende así lo que oculta y lo que depara no sólo la vieja Europa, sino también su propio deseo de ella.

Después de Washington Square y Otra vuelta de tuerca le tocó el turno a El americano. He quedado fascinado con esta novela, me parece con diferencia la mejor de las tres que he leído hasta la fecha de este autor, y ha conseguido que este escritor escale puestos entre mis favoritos. Tiene una estilo hermoso, evocador, mucho más elaborado que en las anteriores novelas que había leído de él. El comienzo dibuja ya un bello escenario con el protagonista entre los cuadros. Un transcurso lento pero con mucha intensidad ambiental. De los personajes me quedo sin duda con el protagonista y su peculiar amigo Bellegarde,con sus monólogos.
Esta obra es un claro exponente de la primera fase de Henry James, el choque cultural americano con el europeo, reflejado en Christopher cuando descubre la vida en París, cuando visita otras ciudades. Por eso se hace imprescindible para los lectores de este escritor. El final es algo desesperanzador, pero aun así este es un libro que merece la pena que leas.

***
"Quiero una gran mujer. Es algo en lo que puedo darme el gusto, y si puedo tenerlo me propongo que así sea. ¿Para qué si no he trabajado y he bregado durante todos estos años? Lo he logrado, y ¿qué debo hacer ahora con mi éxito? Para que sea perfecto, tal y como yo lo entiendo, debe haber una mujer hermosa coronando la cima, como una estatua en un monumento. Ha de ser tan buena como hermosa, y tan inteligente como buena. Le puedo dar mucho a mi esposa, así que por mi parte no temo exigirle mucho. Tendrá todo lo que puede desear una mujer; ni siquiera objetaré a que sea demasiado buena para mí; podrá ser más inteligente y más sabia de lo que yo alcance a comprender, y eso sólo me agradará más. Quiero poseer, en una palabra, el mejor artículo del mercado."

“He oído afirmar a los filósofos que ningún hombre es pobre; pero su fórmula me parece todo un adelanto. En términos generales, lo confieso, no me gustan las personas de éxito y los hombres inteligentes que han amasado grandes fortunas me parecen muy ofensivos. Me molestan, me ponen incómodo. Pero nada más verle me dije para mis adentros: Ah, he aquí un hombre con el que me he de llevar bien. Tiene la afabilidad del éxito y nada de su morgue, carece de nuestra condenadamente irritable vanidad francesa. En resumen, le cobré afecto. Somos muy diferentes, de eso estoy muy seguro; no creo que haya un solo tema del que pensemos o sintamos lo mismo. Pero tiendo a pensar que nos llevaremos bien, porque sabe usted, existe una cosa tal como ser tan diferentes para discutir.”

"Usted no tiene nada que ver con el orgullo ni con la humildad; forma parte de ese porte suyo tan desenvuelto. La gente lo es orgullosa cuando tiene algo que perder y humilde cuando tiene algo que ganar."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tenía muchas ganas de que lo leyeras pq sabía que te iba a gustar. Un bico ;)