miércoles, julio 23, 2008

LA BOCA de José Carlos Somoza


«La boca» no se desarrolla en Roquedal y su estructura es tan extraña como la obsesión de su protagonista, porque consta de una única frase, monstruosa, sin apenas pausas para el aliento. El narrador es un odontólogo que atiende una consulta próspera, vive una vida familiar gris y tiene una relación desgastada con una amante, pero su monocroma existencia cambia de improviso cuando hace un descubrimiento singular: por dentro alberga huesos.

La boca es el relato más extraño o surrealista dentro de los tres. Su curiosa estructura, una única frase de algo más de 30 páginas, requiere una lectura del tirón, al menos para comprender la esencia, aunque al terminar quedas sin aliento, por el torrente de emociones condensadas del personaje principal. La reflexión final de Héctor, el protagonista, sobre expresar nuestras emociones y pensamientos, sobre “la boca” dice mucho.

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“La oquedad llenando todos mis huesos abiertos como flautas mudas, desmenuzados como arena por fin, solo esa ceniza última, apenas el rastro leve que el viento termina por borrar, el vacío enorme de esa boca que tiene que decir y revelar y descubrir y gritar y acusar y vaciarme hacia fuera desde dentro y mezclarme con todo, esa boca abierta e infinita del silencio absoluto por la que hablo aunque nadie oiga.”




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