La boca es el relato más extraño o surrealista dentro de los tres. Su curiosa estructura, una única frase de algo más de 30 páginas, requiere una lectura del tirón, al menos para comprender la esencia, aunque al terminar quedas sin aliento, por el torrente de emociones condensadas del personaje principal. La reflexión final de Héctor, el protagonista, sobre expresar nuestras emociones y pensamientos, sobre “la boca” dice mucho.
“La oquedad llenando todos mis huesos abiertos como flautas mudas, desmenuzados como arena por fin, solo esa ceniza última, apenas el rastro leve que el viento termina por borrar, el vacío enorme de esa boca que tiene que decir y revelar y descubrir y gritar y acusar y vaciarme hacia fuera desde dentro y mezclarme con todo, esa boca abierta e infinita del silencio absoluto por la que hablo aunque nadie oiga.”
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