viernes, octubre 31, 2008

EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO de Mark Twain


En el Londres de la primera mitad del siglo XVI, un día nacen dos niños. Uno es esperado por todo el reino y su arribo al mundo da lugar a las más efusivas muestras de felicidad, agradecimientos a Dios incluidos. El otro viene a importunar a su familia con su presencia. Eduardo y Tom, príncipe y mendigo respectivamente. Los mismos que, unos años después, intercambian papeles por accidente gracias a su extraordinario parecido físico.






Sólo Mark Twain podría haber creado este cuento entrañable. En su estilo es uno de los mejores. Me ha encantado, el final lleno de esperanza. Eduardo y Tom son más diferentes que semejantes, pero cada uno asume y afronta bien el papel del otro. Tendrá relectura este libro. Lo recomiendo desde luego.
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"-¿Eres feliz allí?
-Puedo decir que sí, salvo cuando paso hambre. Hay representaciones de títeres y monos-¡que bichos tan raros y qué vestidos tan bonitos llevan!-y también unas comedias en que los actores gritan y riñen hasta matarse todos. Es una cosa divertida y no cuesta más que un cuarto de penique, aunque no siempre lo tiene uno a mano."
"El joven rey volvía hacia él la triste elocuencia de sus hermosos y compasivos ojos y respondía:
-¿Qué sabes tú de sufrimientos y opresión? Eso lo conocemos mi pueblo y yo, pero tú no."

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